Enero 14/2008
La Mujer de Caín.
«Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.» Ef 6:12
El anterior artículo de este bloc sobre el juicio Scopes, explicó el inicio de la lucha ideológica auspiciada por el mismísimo líder de las fuerzas malignas, que tiene mando, autoridad y dominio sobre este mundo de sombras. El alegato definía un hecho sucedido en el 1925, hace exactamente 82 años; durante este tiempo, los cristianos no hemos sido capaces de responder, al 100%, con el compromiso de fidelidad contraído ante nuestro Señor Jesucristo al aceptarlo en nuestras vidas: no hemos sabido defender la credibilidad absoluta de su Palabra. No hay que temer a la ‘mal llamada ciencia’ y sus conjeturas, pues la Palabra está para promover la verdad, no para cambiarla. Todo lo que se opone a la Biblia, halla respuestas contundentes en los propios escritos que la componen:
«…Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos». Jer 15:19
Aquel maldito día en Dayton, comenzó a perder credibilidad la palabra bíblica, debido a la astucia del abogado defensor que, con 3 preguntas capciosas y un discurso seudo-científico, puso en ridículo a quien se autoproclamaba ‘vivir literalmente según la Biblia’:
1- ¿De dónde tomó Caín a su esposa?
2- Si Dios condenó a la serpiente a arrastrarse por el suelo, ¿cómo se movían aquellos animales antes?
3- La Biblia cita una Creación en 6 días: ¿Demuestra la ciencia que la vida se originó miles de millones de años atrás?
En nuestra vida diaria, al intentar valer toda ocasión para predicar, a veces afrontamos dudas de difícil contestación; son muchas, y seguramente, mientras usted lee esto, le está viniendo alguna experiencia de este tipo a la mente. Sin embargo, casi todas las respuestas están implícitas en la propia Biblia; solo tenemos que ser fervientes estudiosos de ella…y encomendarnos al Señor antes de cada lectura, pidiéndole que nos dé Sabiduría y Conocimiento para saber interpretarla en todo momento. Y Discernimiento para estar continuamente dispuestos a actuar en defensa de la credibilidad de Su Palabra. Al decir ‘casi todas las respuestas están implícitas’, nos circunscribimos a lo expresado en Deuteronomio 29:29:
«Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley. «
Sin embargo, las que pueden tener una pronta respuesta, son muchísimas más de las que usted cree, si somos fieles a Las Escrituras y nos dejamos llenar de ellas; si permitimos que el Espíritu intervenga y nos conduzca. De momento, rebatamos con energía bíblica la primera de las preguntas no respondidas en el juicio ‘Scopes’:
¿De dónde tomó Caín a su esposa?
Gente suspicaz de todo tipo, recurre asiduamente a la esposa de Caín para denigrar el libro de Génesis y restarle credibilidad, pues así se pondrá también en tela de juicio toda la prédica del Señor, quien una y otra vez, insistió en las palabras del Bereshit judío. (Génesis griego)
Infelizmente, la mayoría de los cristianos no logra responder con convicción esta pregunta, perdiendo una bella oportunidad para que el mundo vea en la Biblia el mejor aliado para su evolución personal y espiritual, que les protegerá de muchos males: Confiable al 100%.
Uno de los recursos usados por los ‘intrigantes‘, es el plantear que debió existir otra raza humana en la tierra, fuera de Adán y Eva; mas esa idea es inaceptable, puesto no coincide con lo expresado en Génesis 3:20
«Y llamó Adán de nombre a su mujer Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.»
Todas las personas, excluyendo a Adán, descienden de Eva; ella fue la primera mujer, formada del costado de Adán, según Gén 2:21-22
«Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre»
Sólo hubo una mujer, la esposa de Adán, desde el principio; no existió otra «raza» de mujeres. Así que, si los cristianos no logran defender que todo ser humano (incluyendo la esposa de Caín) puede remitir sus antepasados finalmente a Adán y Eva, entonces: ¿cómo explicar el Evangelio? ¿Cómo justificar el enviar misioneros a cada tribu y a cada nación? Por lo tanto, se necesita contestar categóricamente la pregunta concerniente a la esposa de Caín para patentizar que los cristianos saben defender las Escrituras y todo lo que estas aleccionan.
«Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón.» (Gén 4:1)
Caín fue el primer hijo de Adán y Eva anotado en la Escritura. Él y sus hermanos, Abel (Génesis 4:2) y Set (Génesis 4:25) fueron parte de la PRIMERA generación de hijos que nacieron en esta Tierra. Pero, aunque estos tres varones son específicamente mencionados, Adán y Eva tuvieron otros hijos, cuya cronología no se sabe. En Génesis 5:4 leemos una declaración que resume la descendencia del primer matrimonio sobre la tierra:
«Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años; y engendró hijos e hijas.»
Durante sus largas vidas, Adán y Eva generaron un buen número de hijos, varones y hembras. Podemos ver como los escritos del historiador Judío Josephus lo ratifican:
«El número de los hijos de Adán, según dice la vieja tradición, fueron treinta y tres hijos y veinte y tres hijas.»
La Escritura no detalla cuántos hijos en total nacieron de Adán y Eva, mas, razonando la longevidad, (Adán vivió 930 años: Génesis 5:5; lea el artículo de este bloc sobre ‘Corazones semi milenarios’), no sería un disparate pensar que fueron muchos. Recordar la orden:
«Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla.» (Gén 1:28)
Sin prejuicios personales ni ideas extra-Bíblicas, cuando sólo existía la primera generación, es obvio que al menos el primer hijo varón en casarse, tuvo que hacerlo con su hermana. Luego, los otros le imitaron… o recurrieron a una prima o una sobrina, según el caso. De no ser así, no pudo haber más generaciones, puesto que queda descartada Eva como esposa de sus hijos; fue una orden de Dios, según Gn 2:24:
«Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.»
Es decir, el Creador estableció que los hijos dejarían el hogar de sus padres. El objetivo estaba claro: poblar la tierra. Así que se sobrentiende que, a medida que Eva fuera teniendo hijas y éstas llegaran a la edad de procrear, se unirían en matrimonio con algún hermano o, de existir ya, con primos o sobrinos; abandonando la casa paterna para continuar con el plan de Dios:«Sed fecundos y multiplicaos…» No se dice cuando Caín se casó ni se dan muchos detalles de otros casamientos e hijos, más podemos asegurar que la esposa de Caín tuvo que ser, necesariamente, una hermana, una sobrina, o una prima.
OBJECIONES: Leyes de Dios Muchos rechazan inmediatamente la conclusión de que los hijos e hijas de Adán y Eva se casaran los unos con los otros, debido a los principios actuales que prohíben sexo entre hermanos. Algunos dicen que no te puedes casar con parientes; aunque TODA la humanidad es descendiente de Adán y Eva: todos somos de una sangre, y si no te casas con un pariente, no te unes a un ser humano. Una esposa está emparentada a su esposo antes de casarse. En realidad, la ley que prohíbe que parientes cercanos se casen no fue dada hasta el tiempo de Moisés:
«Ningún hombre se acercará a una mujer de su propia familia para tener relaciones sexuales con ella…» (Lv 18:6-18).
Pero antes, no había desobediencia a la ley original de Dios: ‘creced y multiplicaos’, si los allegados (aun hermanos y hermanas) se casaban entre ellos.
Deformidades Biológicas Hoy no les es permitido a hermanos y hermanas (o medios hermanos), el casarse y tener hijos, ya que es cierto que la descendencia de una unión entre hermano y hermana tiene un mayor riesgo de malformación. Mientras más cerca esté el parentesco de la pareja, es más probable que cualquier linaje adquiera alguna anormalidad.
Es muy fácil comprender esto sin entrar en detalles técnicos: Cada persona hereda un conjunto de genes de su madre y su padre. A día de hoy, infelizmente, el genoma de muchos contiene alteraciones, y estos cambios resultan en varios problemas. Por ejemplo, alguien nace con una pierna más corta que la otra; o quizás la nariz de uno no está exactamente centrada en su cara, o sus ojos no tengan el mismo color. Quizás la quijada de un conocido está un poco fuera de forma. No se dice que es lo normal, pero así sucede, con mayor frecuencia de lo que pensamos; las múltiples malformaciones que vemos todos los días en la calle lo atestiguan.
Cuan más cerca sea la parentela entre dos personas, más probable es que tengan deformidad debido a fallos genéticos heredados de sus padres. Dicho de otra forma: es posible que hermano y hermana tengan mutaciones similares en su código genético. Si entre ambos hubiera una unión que produjere descendencia, su prole podría heredar variaciones de código que causarían anomalías físicas y/o fisiológicas en ellos. A la inversa, estando los padres lo más alejados parentalmente entre sí, es más difícil que tengan las mismas alteraciones genéticas.
Sus hijos, con un conjunto de genes de cada padre, tienen más probabilidad estadística de contener solo un gen con información adulterada, o unos pocos de ellos. El gen bueno tiende a prevalecer sobre el malo para que una deformidad (una seria) no ocurra. Por ejemplo: en vez de tener orejas totalmente deformes, una persona puede tener orejas torcidas solamente. Actualmente, hay teorías que señalan que la raza humana está degenerando lentamente, al acumularse los cambios genéticos, generación tras generación. Pero esta situación actual no se aplicaba a Adán y Eva; cuando ellos fueron creados, surgieron perfectos; lo confirma Gn 1:31:
«…y Dios vio que todo lo que había hecho estaba muy bien…»
Eso implicaba genes inmaculados; mas, cuando el pecado entró al mundo por causa de Adán (Génesis 3:6), Dios maldijo la pareja, y la perfección trasmutó en degeneración, para sufrir muerte y decadencia: Un ejemplo lo tenemos en cómo se reducía la expectativa de vida a medida que pasaba el tiempo:
Matusalén vivió 969 años, (ver ‘Corazones Milenarios) y sus coetáneos, por varias generaciones, se mantuvieron en ese entorno. El propio Noé vivió hasta 950 años; sin embargo, poco a poco, todo cambió.
Pero, volviendo al tema que nos trata, Caín fue la primera generación. Él, al igual que sus hermanos y hermanas, heredaron pocos genes anómalos, ya que representaron los primeros efectos del pecado: la anomalía habría sido mínima en su inicio. En ese contexto, hermano y hermana se podían casar, sin ninguna posibilidad de producir descendencia deforme. No había alusión prohibitiva al apareamiento entre ellos; la autorización la dio el dictado original del matrimonio, sin exclusiones:
«Creced y Multiplicaos»
En la era de Moisés, unos 2500 años después, se habría acumulado tal declinación genética, que Dios ordenó nuevos decretos restrictivos sobre casorios hermano/hermana y toda la parentela cercana. (Levítico 18: 6-18). Además, la población humana se había incrementado lo suficiente como para imponer normas de conducta sexuales; hubo tres razones estrechamente relacionadas entre sí, para la presentación de leyes prohibiendo matrimonios de consanguíneos, siempre debido a los efectos del ADN:
1. La urgencia de preservar al ser humano contra la perspectiva de generar linaje deforme.
2. Mediante la ley, Dios garantizaría un pueblo Judío fuerte, sano, y dentro de Sus planes.
3. Resguardar la estructura de la familia y de toda la sociedad: las imperfecciones físicas y sus secuelas sicológicas en los padres, debido a relaciones incestuosas, debían ser minimizadas.
Caín y la Tierra de Nod
«Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén. Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc. » Gén 4:16-17
Algunos afirman que este pasaje significa que Caín fue a la tierra de Nod y halló allí una esposa; concluyendo que tuvo que haber otra raza de gente en la Tierra, no sucesora de Adán, que procreó a la esposa de Caín. Pero, según la tradición antigua, «conocer» a una mujer es llegar a ella sexualmente; si se quisiera expresar otro contexto, se diría: ‘Y conoció Caín a la que sería su mujer‘. Está claro que ‘ya‘ era su mujer cuando la ‘conoció‘ en Nod para procrear a Henoc, y que ya la había ‘conocido‘ seguramente otras veces anteriores, sin que quedara embarazada.
Así se aclara que ella también era descendiente de Adán. Este pasaje NO dice que Caín fue a la tierra de Nod y encontró allí una esposa; Moisés habría relatado algo respecto a su matrimonio. Más abajo veremos cómo Caín, antes de matar a su hermano, se había casado con su esposa; Caín se casó antes de salir hacia la tierra de Nod. Él no encontró una esposa allí, sino que en ese territorio ella quedó embarazada para continuar el plan de Dios y poblar también esa zona del planeta. (creced y Multiplicaos)
Pero, ¿a quién le temía Caín? (Gén 4:14) Algunos afirman que tuvo que haber mucha gente en la Tierra además de los descendientes de Adán y Eva; de otra manera Caín no hubiera temido que quisieran matarle por su homicidio sobre Abel. Pero una razón obvia, por la cual algunos quisieran herirlo, podría ser, seguramente… ¡que eran familiares cercanos de Abel y lo amaban más que a Caín!
«El hombre conoció a su mujer Javá (Eva) y ella concibió y dio a luz a Caín, diciendo: «He adquirido un hombre con El Eterno».Y también dio a luz a su hermano Hevel (Abel). Hevel (Abel) fue pastor y Caín fue labrador»(Gn 4:2)
Analicemos esto, proveniente del ‘Bereshit’ judío original: al nacer Set, Adán tenía 130 años de edad (Gn 5:3), y Eva lo vió como un «reemplazo» por Abel (Gén.4:25; según la tradición judía, la palabra ‘también‘ dice que Abel y Caín eran gemelos), lo que implica que no ocurrió mucho tiempo entre ambos sucesos de muerte/embarazo. Por lo tanto, el lapso desde el nacimiento de Caín a la muerte de Abel debió haber sido 100 años o más; suficiente espacio para que Adán y Eva tuvieran más prole, que a su vez se casarían y tendrían descendencia. Para cuando Abel fue asesinado, ya era pastor, y Caín labraba la tierra: ambos llevaron su ofrenda al Señor: (Gen.4:3) Si llevaron ofrenda, ya eran adultos.
La frase «Pasó el tiempo«, que según análisis anterior, rondaba el siglo, deja una puerta abierta al hecho de que pudo haber otros hijos, varias generaciones; otros hermanos que no mirarían con buenos ojos el crimen sobre el segundo de los hijos… ¡o los propios hijos de Abel!La Biblia explica la soberbia y manifiesta tendencia al pecado del primogénito, que le acarrearían muchas enemistades:
«Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.» (Gen. 4:5-7)
De esta lectura se desprende que tenía mucha soberbia; tendencias a la rabia y a la violencia: por tanto, no sería muy querido. Si consideramos de nuevo que Adán tenía 130 años al nacer Set, y lo dicho antes, sobre que: muerte de uno y nacimiento del otro se sucedieron en fechas casi coincidentes, en ese siglo y pico, Eva pudo haber tenido otras hijas; incluso el propio Abel pudo haberse unido a alguna mujer antes que el primogénito, y tenido descendencia, así como que esta, a su vez, continuara procreando.
Ese tiempo abre el abanico de posibilidades: la mujer de Caín pudo ser una de sus hermanas, una prima, una sobrina, etc… según lo ordenado por el Creador, de ‘fructificad y multiplicaos’: No hay ninguna razón para pensar que en los 130 años transcurridos, la familia Adán-Eva no aumentara considerablemente; ya habían aprendido lo que costaba el desobedecer a Dios, así que, seguramente se dieron a la tarea de poblar al mundo sin dudarlo, para no atraer más castigo sobre ellos.
¿La respuesta? No sabemos si Caín fue el primer hijo en ‘conocer‘ mujer; si fue así, tuvo que ‘conocer‘ a una hermana suya, o a una sobrina o prima, en el caso de que otro varón, descendiente de Adán, hubiera sido el primero de los ‘conocedores‘ del Génesis. Esa primera generación de hombres y mujeres tuvo que ‘conocerse’ entre sí; no hay otra alternativa.
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