SE BUSCA SALTO DARWINISTA VIVO O MUERTO (II)

marzo 19, 2013

El darwinismo afronta un escollo insalvable: en la célula eucariota hay orgánulos ausentes en la procariota o cualquier bicho que se adopte como origen. Para salvar la traba y exhibir evidencia evolutiva, se dice que hace miles de millones de años una bacteria entró en otra, hizo endosimbiosis, creó la mitocondria… y se volvió eucariota.

Mas el procariota, además de no tener mitocondrias [su respiración celular tiene otro diseño], carece también de otros corpúsculos presentes en el eucariota: núcleo, lisosomas, centrosoma,  retículo endoplasmático, peroxisomas,  y aparato de Golgi; sintetizados por código del ADN nuclear, no del ADN de la mitocondria. De modo que habría que explicar y mostrar, la evidencia evolutiva de esos orgánulos ausentes, y además, como se inscribió en el núcleo la instrucción para crear mitocondrias. El bicho que pasaba por allí e hizo endosimbiosis, no lo explica, sino todo lo contrario: lo complica. 

La realidad acredita que esos orgánulos siempre fueron parte de la inicial célula eucariota, pues el retirar cualquiera de ellos, no hace que la célula evolucione para recuperarlos, sino que mata a la célula. Ese hecho irreductible dice que todo tuvo que ser así desde el inicio. Cualquier argumento en contra debe ser avalado, al menos, por una prueba de laboratorio. Y no la hay; los millones de especies eucariotas tienen los mismos orgánulos. Salvo el cloroplasto en plantas, en lugar de mitocondrias, debido a que su energía es por fotosíntesis.

Otra evidencia evolutiva alegada es la resistencia bacteriana a antibióticos. Pero tal capacidad existía mucho antes del hallazgo de estos. El «Medical Tribune» lo ratificó el 29/12/1998. En 1986 rescataron conservados en hielo, los cuerpos de unos marinos que enfermaron y murieron en una expedición al polo, en 1845. En sus restos había bacterias comunes del siglo XIX; y los investigadores se sorprendieron por su defensa ante antibióticos modernos, no fabricados hasta el siglo XX, posterior a su época.

O sea, su resistencia no es evolutiva, sino está en el ADN original, que las capacita con un especial sistema auto inmune, similar al splicing humano y al de los virus. ¿No hay splicing en ARNm de virus? ¿Por qué no en bacterias? La evolución nunca se verifica en ellas; jamás se convierten en especie nueva. Siguen hoy siendo bacterias.

Lo que se pretende desde el principio es sacar a Dios de la fórmula de la vida,  haciendo que la bacteria lleve a los monos para luego emparentarnos a ellos. Sin embargo, pese a que existen microscopios desde el 1630, pese a la colosal velocidad de reproducción bacteriana, y pese a que se implican en esta investigación decenas de miles de profesionales, en laboratorios en el mundo entero, con sistemas de última generación, jamás han exhibido el paso genético de un procariota a célula eucarionte.

Ese primer salto entre especies es imprescindible para sostener todo el resto de la retórica evolutiva. Pero nunca ha sido evidenciado en ningún laboratorio del planeta [millones buscan el Nóbel que el hallazgo representaría], pese a existir microscopios desde el siglo XVII, y pese a que la unicelular bacteria tiene una velocidad prolífica que no necesita el tiempo eónico que propugna la evolución.

En tres siglos de trabajo con ellas, aun con su impresionante (y sin paralelo), ritmo exponencial de reproducción, jamás se ha visto un despunte en dirección a otra especie. Todas se revelan con su inmutable ADN circular, la misma estructura… sin evolucionar para apoyar el mito. No hay ni una evidencia de intención genética evolutiva; todo laboratorio ve a las bacterias de hoy igual que siempre, sin trasmutar en otro bicho, pese a asignarles miles de millones de años.

Y eso niega el fundamento de la teoría. En un tribunal convencional, si tuviera que defenderse de una acusación de falaz, la ausencia de evidencia tal sería suficiente para declararla culpable, condenándola al ostracismo en Ciencias, y en cada aula, como deriva.

Insinuar que la mitocondria es ejemplo de evolución bacteriana hacia el forzoso paso a eucariota que exige la teoría evolutiva, va contra Ciencia. En el ADN nuclear existen genes que codifican proteínas que actúan como enzimas vigilantes, y regulan el mantenimiento preciso de todo proceso mitocondrial. Un diseño, lejos de la mitocondria, que la controla, no una chapuza del azar. Hablar de origen por endosimbiosis, sabiendo que una instrucción regula los procesos del origen mitocondrial, según necesidad de la célula, no es científico.

Hay una enfermedad autosómica que implica al menos un gen nuclear, lejos de la mitocondria, regulando cuantía de moléculas de ADNmt: el ‘Síndrome de Reducción de ADNmt’, caracterizado por una reducción del número de copias de ADNmt en varios tejidos. El origen de la dolencia está en mutaciones en un gen del ADN nuclear, fuera de la mitocondria, que controla a esta. ¿Cómo puede explicar ese hecho científico la bacteria endosimbionte que ‘pasaba por allí? ¿Cómo no ver lo irracional del planteamiento?

El ADN nuclear  incluye el reajuste  cuantitativo de mitocondrias. Se ha descubierto la interacción de los ADN mitocondrial y nuclear. Y si ambos genomas tienen las instrucciones codificadas para producir polipéptidos de OXPHOS; si tienen esa interacción INSCRITA en sus genomas: ¿Cómo logró una bacteria endosimbionte, inscribir y codificar en un núcleo del que carece, datos que no posee el procariota?

Además: el ADN mitocondrial se reparte en 37 genes que codifican la instrucción para: 2 tipos de ácido ribonucleico ribosomal (ARNr), 22 ARN de transferencia (ARNt) y 13 polipéptidos constituyentes de la cadena respiratoria o subunidades de enzimas de los complejos de la fosforilación oxidativa. [7 subunidades de la NAD deshidrogenasa del complejo I, 1 del complejo III, 3 del complejo IV y 2 del complejo V]. [Anderson et al., 1981; Chomyn et al, 1986; Tzagoloff y Myers, 1986].

Pero atención: El complejo II, presente en la mitocondria  y  parte indivisible del proceso respiratorio, lo codifica completamente el ADN nuclear. Así, si la fosforilación oxidativa, el proceso que genera energía ATP en la célula a través del sistema OXPHOS, donde interviene la mitocondria, está PREVISTA fuera de la mitocondria, ¿cómo puede alguien defender la carambola del endosimbionte? ¿Por qué ocultan ese hecho? Porque una mentira solo da evidencias de que se miente.

Si algo tiene claro la Ciencia, es que la Instrucción antecede a la síntesis de proteínas; primero la Instrucción, luego la fábrica actúa. Y es pública la clara interacción de los genomas mitocondrial y nuclear, con instrucciones codificadas para producir polipéptidos. La bacteria ‘no pasaba por allí y se quedó en forma de mitocondria’, como pretende hacer ver el anticientificismo evolutivo, sino que el ADN del núcleo tiene instrucciones precisas para elaborar mitocondrias, enzima por enzima.

Respecto a la aceptación científica de que la mitocondria depende del ADN nuclear, puede señalarse el Resumen de la 4ta Conferencia Internacional de Neurología, [Santiago de Cuba, 2004, 46-7], que plantea lo siguiente:

1-Hay envío de proteínas, vía citoplasma-mitocondria, cuyas instrucciones de síntesis y transporte son codificadas por genes del ADN nuclear. Se estima la necesidad de unas mil proteínas para la adecuada actividad de la fosforilación oxidativa. Los defectos de la compleja instrucción en el núcleo causan dolencias mitocondriales.

2- El ensamblaje correcto de complejos proteicos de la cadena respiratoria, de la que la mitocondria es parte esencial, no está en las mitocondrias, sino que depende de factores del ADN nuclear, fuera de ella. Mutaciones de estas secuencias se asocian con males mitocondriales, como el del síndrome de Leigh.

3-La integridad de la replicación ADNmt, demanda secuencias inscritas fuera de ella, en el ADN nuclear. Se ha descrito trastornos de señalización intergenómica coligados a delección del ADNmt, que generan distintos síndromes. Por ej., la delección múltiple del ADNmt autosómico dominante, genera oftalmoplejía progresiva externa, debilidad muscular progresiva y catarata bilateral, y ocurre por fallas en la lejana instrucción nuclear.

De modo que todos deben recordar que lo real y científico es que en el núcleo se codifican los precursores de las proteínas mitocondriales que transportan secuencias diana específicas, introducidas en la mitocondria por una vía concreta; un sistema interactuante de energía, sito fuera de la mitocondria. [Voos et al., 1994].

Es un mecanismo bien diseñado, con la expresión de dos genomas, y con enzimas mitocondriales, cuyas subunidades polipeptídicas son transcritas y translocadas desde el locus nuclear al mitocondrial. El mito de endosimbiosis no apoya ese hallazgo científico; va contra la Ciencia. Podrán desacreditarme todo lo que quieran; pero es así. Y es una vergüenza que no lo digan en las aulas. Pero la verdad demanda su sitio, y lo tendrá, por mucho que muchos intenten impedirlo.

Volviendo a la defensora evolutiva Margulis: les aseguro que al instante de su muerte se enteró de la fuente de su error, del tremendo desliz que cometió. Y no solo por no reconocer la Creación de Dios ni a Jesucristo como su salvador, sino por levantar trincheras en su contra. Y todo defensor evolucionista, lo sea por devoción o por el salario que recibe a cambio, está vendiendo su alma al diablo y tendrá que responder ante el único dueño de las almas. Le harán compañía a Darwin, Margulis y el resto si no aprovechan su oportunidad; solo es cuestión de tiempo. Sus ojos lo verán; yo estuve allí y doy testimonio de lo que vi. Y el Señor sabe que no miento.

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