LEY DEL ABORTO II: La Medicina es Pro-Vida; NO Apoya Crímenes.

marzo 6, 2010

«A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición: escoge pues la vida, para que vivas tú y tu simiente…» [Deu 30:19]

Según estadísticas presentadas por Eduardo Hertfelder, presidente de la Federación Internacional del Instituto de Política Familiar [IPF], en su informe ‘El aborto en Europa, 2010’, de cada tres mujeres que abortan en España, una ya lo había hecho antes. O sea, este país ya concibe ese método de ‘desembarazo’ como otro anticonceptivo más.

España, según estudios, pasará a ser en 2015 líder europeo en esta materia. La nueva Ley del Aborto aprobada la semana pasada, es contraria al estilo del resto de Europa, donde mengua la cifra abortiva cada año. El aparear al aborto con un derecho, convierte tal ley en una expresión brutal; y su trasfondo asume profunda maldad, al no tener en cuenta el derecho a nacer del nuevo niño. Es una ley egoísta que solo busca que predomine el placer sexual sobre el derecho infantil.

Hubo 115.000 abortos hispanos en 2008; un 115% más en diez años. Por ello, el IPF no solo pidió la retirada de la reforma ‘Aído’, sino que, siguiendo la línea europeísta a favor de la familia, aportó una serie de medidas de apoyo a la familia en general, y a las embarazadas en particular, para que la mujer  no abortara por situación económica. Es obvio que el número de abortos anuales en los 27 países de la Unión (1,2 millones), hace congruente el déficit de natalidad europea.

Y el 7 de marzo, la voz ciudadana supondrá la última oportunidad social para intentar cambiar lo que parece irreversible: la luz verde definitiva a la reforma ‘Aído’, lo que es lo mismo que abrir las puertas españolas al aborto libre hasta para las menores.

Como un acto de conciencia, en reto a esa ley antiCristo, ‘HazteOir’, ‘Derecho a Vivir’ y otras 80 asociaciones eligieron este domingo, para apoyar mítines y marchas a favor de la vida en España e importantes ciudades europeas, estadounidenses e iberoamericanas. En cada cita se leerá un mismo Manifiesto, donde se exigirá la retirada de la ley del aborto, el apoyo a la maternidad, la libertad de los padres para educar sexualmente a sus hijos, y el respeto a la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios.

La nueva regulación fija 14 semanas de plazo libre; hasta la semana 22 en caso de ‘grave riesgo para la vida o salud de la embarazada’ (que determinará un pro-abortista distinto del que practique el aborto) o ‘graves anomalías fetales‘ (se exige opinión de dos). Pasada la semana 22, sólo se interrumpiría el embarazo por ‘anomalía fetal incompatible con la vida‘ (diagnosticadas por un pro-abortista) o cuando se detecte “enfermedad extremadamente grave e incurable en el feto» y así lo «confirme un comité clínico«.

Se recurre a términos seudo científicos con vistas a que la demagogia del ‘placer por el placer’ logre capacidad legal que justifique el crimen. Pero la realidad científica del ADN patentiza que al semen fecundar al óvulo, ya se inicia el milagro de la vida: la embriogénesis. La membrana celular del ovocito es cruzada por el espermatozoide, se fusionan sus núcleos y se crea el ‘cigoto’, la 1ª célula, con dotación genética total, a partir de la que se generará el embrión. ¡Al momento, no en 4 semanas!

Y no en la semana 22, como se patrocina sino mucho antes, en la 2ª, el día 14, ya hay epiblasto, hipoblasto, y lámina precordial… en la ‘ya’ porción cefálica del embrión. O sea, antes de concluir la 2ª semana, hay un encéfalo infantil en ciernes. La cresta neural dará lugar a células de Schwann, meninges, melanocitos, médula de la glándula suprarrenal y/o huesos. Al final del mes 1º, se crean cavidades de órganos tales como pulmones, y el cordón umbilical fijará el embrión infantil al saco vitelino, iniciando el proceso galopante e imparable de órganos, y sistemas metabólicos del bebé. Así lo ratificó el Manifiesto de Madrid, en marzo/2009, firmado por más de 3.000 científicos españoles.

O sea, lo que se extirpa con el aborto no es la ‘masa informe’ que se patrocina, sino toda una vida en ebullición. Así, el acto tiene nombre y clasificación jurídica: ‘homicidio’. De modo que si se quieren firmar leyes a tontas y locas, debe mirarse antes con lupa el código civil español, no sea que los firmantes estén poniéndose ellos mismos la soga al cuello, además de arrastrar también a otros en su frenético ejercicio de demencia y falta de tacto. No está de más que los pro abortistas le echen una miradita:

Vale la pena leer...

Vale la pena leer...

Que nadie lo dude: el aborto causa muerte violenta de un ser humano, un terrible drama para la mujer que lo sufre… y constituye violación del Código Civil respecto al punto “El Homicidio y las Formas”, en sus artículos 139, 140 y 141. Y esto, gústele a quien le guste, y pésele a quien le pese, convierte el torpe ‘proyecto Aído’ en anticonstitucional.

En España ya se ha superado con creces el millón de abortos; sin embargo sigue sin ofrecerse ayuda social a las embarazadas en situación difícil. El hecho de que sí exista financiación para que aborten, quita la careta de ‘ley social’ y deja ver la intención diabólica. Si hay que poner rostro, sería sin dudas los de ‘Chucky y sus novias.’

La ley de plazos no solo desampara al nuevo ser, sino que además abandona a la mujer ante sus problemas, incitándola al aborto. Por otra parte, considera a los enfermos y discapacitados como seres humanos de segunda categoría, permitiendo que puedan ser eliminados antes de nacer. Se hace patente la doblez de quienes elogian a los afectados por el síndrome de Down, por ej., mientras les condenan desde el vientre de su madre.

El mal elaborado proyecto induce a que las menores aborten sin anuencia paterna; las deja solas, e impide a los padres auxiliar a sus propias hijas ante embarazo imprevisto. Por otra parte, impone una libertina educación sexual en las aulas, vulnerando el derecho de padres a educar y orientar a sus hijos según sus propios principios morales.

La liberalización del aborto, probablemente acrecentaría el número de niños muertos al doble, duplicando también el de mujeres condenadas a los daños físicos y psicológicos que esta práctica provoca en ellas. Pero el Gobierno hace oídos sordos al grito de esta verdad, de la misma forma que lo hace ante el clamor social, imponiendo una ley que la mayoría de España rechaza.

La controvertida senadora y secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, con su discurso de celebración por ‘poner fin a una deuda pendiente’ se ha ubicado en la primera línea de aquellos destacados en propugnar leyes que enfrentan frontalmente las de Dios. Que el Señor le dé una oportunidad para que se retracte en Cristo, antes de que sea demasiado tarde para ella; pues acaba de contraer una eterna ante el REY.

Se ha despreciado la mayoritaria voz ciudadana que rechaza estatutos pro crimen. José Luis Rodríguez Zapatero, presidente antiCristo, desprotege la vida del concebido y ansía deformar el criterio vigente por siglos: la familia es el pilar de la sociedad española.

Tocante a la objeción de conciencia, el texto fija que «los profesionales sanitarios directamente implicados en la interrupción voluntaria del embarazo tendrán el derecho a ejercer la objeción de conciencia sin que el acceso y la calidad asistencial de la prestación puedan resultar menoscabadas». O sea, se asesina ‘legalmente’, sí o sí.

La ley no está hecha para la mayoría; eso solo lo estipularía un referéndum. La sociedad española desea otra: apoyo económico a la embarazada que lo precise, amparando la vida, no la muerte del feto. Deben asegurar una elección personal sin presiones; por ej. en Inglaterra se admite el aborto en las primeras 20 semanas, pero se apoya la decisión positiva de la madre en situación difícil, con vivienda gratis y un subsidio. Si de verdad se deseara estar al nivel de Europa, se impondría esa ley; pero no es la razón, sino la demagogia política irresponsable la que ha prevalecido en España.

La mayoría de quienes aconsejan abortar, aludiendo causas clínicas que complicarían la situación, son doctores en cobardía; los que sienten la carrera ven en toda dolencia un reto profesional para vencer al mal, no lo propugnan como ‘bueno’. Hay muchos casos en que se sugiere quitar una vida por ser ‘clínicamente conveniente’, y luego, la realidad del sacrificio y la lucha demuestran lo contrario. La historia está llena de ejemplos de personas valientes que se dignifican ante Dios, superando la prueba que la vida les impone sin lamentarse de su dolor o de su suerte.

Nuestro entorno está lleno de invidentes, sordos, enfermos de cáncer, parapléjicos, etc., que no se quejan, no se sienten, no se apenan y no se espantan con la vida. Asumen su situación con esperanza y valor, recorriendo su calvario personal, a menudo destacando sobre otros que lo tienen todo y lo mal aprovechan.

Tecleen estos nombres en Google y sabrán cómo hay que enfrentar el pesimismo clínico: Gail McWilliams [cada embarazo la cegaba; 3 hijos] Gaby Brimmer [parálisis cerebral: pinta con el pie]; Dassaev A. Villegas [Parálisis Cerebral Infantil: siete medallas]; Stephen Hawking (Esclerosis Lateral Amiotrófica: científico de prestigio internacional); Andrea Bocelli [ciego a los 12 años; ha hecho vibrar millones de corazones con su voz]; Louis Braille [ciego desde los 3 años: inventor del método que facilitó la vida invidente]; Helen Keller [sordo ciega a los 19 meses de edad: escritora, y oradora internacional]

¿Se imaginan que a estas personas y a millones de otras anónimas, que el mundo ignora, se les hubiera condenado a la muerte porque ‘alguien’ decidiera que sería lo mejor para ellas? Poco antes de su muerte en 1968, con 87 años, Helen Keller dijo a un amigo:

«En estos oscuros y silenciosos años, Dios ha estado utilizando mi vida para un propósito que no conozco, pero un día lo entenderé y entonces estaré satisfecha

La vida es un don del Creador; quebrantarla es atentar contra Él. Y advierte de esto desde tiempos inmemoriales, intentando sembrar método en el corazón humano:

He aquí, herencia de YAVEH son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta. [Sal 127:3-5]

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