He estado trabajando sobre un interesante artículo que describe al motor fuera de borda que usan las bacterias para su desplazamiento, puntualizando cada detalle que implica su origen, solo posible desde un Diseño Inteligente. Ya está casi acabado, solo faltan algunas puntualizaciones y, con el favor de Dios, hoy mismo será subido al blog.
Pero, hice un alto para responder a un cuestionamiento de debate, en el cual se intenta, una vez más, llenar este blog de descrédito, ante la impotencia de no poder neutralizarlo desde la razón ni desde la Ciencia. Y me sentí tan mal por el veneno contenido en esos escritos, que, como siempre hago, le pedí una palabra al Señor, una alternativa bíblica a los más de 90 artículos con base científica, ya presentados en estas páginas.
Su respuesta, una página abierta con los ojos cerrados, pidiendo su palabra, fue del libro de Isaías, el enigmático profeta que 740 años aC predijo la redondez de la tierra [Iz 40:22]; el mismo que había augurado la destrucción de Babilonia, mucho antes incluso, que llegara a la cumbre de su grandeza, pues alcanzaría su máximo esplendor alrededor del año 650 a. C., cien años más tarde. Con precisión, Dios le dijo quién conquistaría y vencería a ese Imperio, algo que sucedió finalmente, en el 540 a. C… ¡200 años después de la profecía [Isaías 13 :17-19]
También quien predijo el nacimiento de Jesús, ¡740 años antes de suceder!, en Isa 7:13-14:
‘… Entonces Isaías dijo’: «¡Escuchen ahora ustedes, los de la dinastía de David! ¿No les basta con agotar la paciencia de los hombres, que hacen lo mismo con mi Dios? Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel.» [Traducido de la lengua judía: ‘Dios con nosotros’]
…Y en Isaías 9:6:
«Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará en sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Se extenderán su soberanía y su paz, no tendrán fin; y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde ahora y para siempre.«
Por último, mi página abierta que debo compartir con ustedes, bajo la confrontación con el Espíritu: la profecía de Isaías 52: 13; hasta 53:12… 740 años antes de que sucediera:
[«Miren, mi siervo triunfará; será exaltado, levantado y muy enaltecido. Muchos se asombraron de él, pues tenía desfigurado el semblante; ¡nada de humano tenía su aspecto! Del mismo modo, muchas naciones se asombrarán, y en su presencia enmudecerán los reyes, porque verán lo que no se les había anunciado, y entenderán lo que no habían oído. ¿Quién ha creído a nuestro mensaje y a quién se le ha revelado el poder del Señor?»
Creció en su presencia como vástago tierno, como raíz de tierra seca. No había en él belleza ni majestad alguna; su aspecto no era atractivo y nada en su apariencia lo hacía deseable. Despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, hecho para el sufrimiento. Todos evitaban mirarlo; fue despreciado, y no lo estimamos. Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, mas nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado.
Pero Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados. Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros. Maltratado y humillado, ni siquiera abrió su boca; como cordero, fue llevado al matadero; como oveja, enmudeció ante su trasquilador; ni siquiera abrió su boca.
Después de aprehenderlo y juzgarlo, le dieron muerte; nadie se preocupó de su descendencia. Fue arrancado de la tierra de los vivientes, y golpeado por la trasgresión de mi pueblo. Se le asignó un sepulcro con los malvados, y murió entre los malhechores, aunque nunca cometió violencia alguna, ni hubo engaño en su boca. Pero el Señor quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir, y como él ofreció su vida en expiación, verá su descendencia y prolongará sus días, y llevará a cabo la voluntad del Señor.
Después de su sufrimiento, verá la luz y quedará satisfecho; por su conocimiento, mi siervo justo justificará a muchos, y cargará con las iniquidades de ellos. Por lo tanto, le daré un puesto entre los grandes, y repartirá el botín con los fuertes, porque derramó su vida hasta la muerte, y fue contado entre los transgresores. Cargó con el pecado de muchos, e intercedió por los pecadores.»]
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Toda una evidencia del Plan de Dios para la humanidad, desde los principios de las civilizaciones, anticipada desde siglos antes, mediante sus profetas… un axioma contrastable en el tiempo.
¡Señor, con una corona de espinas, te hiciste Rey por siempre!
¡Gloria eterna al Cordero de Dios!
Haced un camino recto a los ojos del Señor… Él vuelve para cumplir su promesa pendiente.
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