Julio 6/2012
Estas capciosidades que neutralizo gracias al Señor, las copié del blog:
http://imaginario-nopensar.blogspot.com.es/2011/07/la-segunda-venida-de-cristo.html
[Capcioso: (Del latín captiosus; raíz: captio = engaño) Proposición hecha para confundir o engañar a un interlocutor o auditorio]
2-¿Tiene sentido pretender, como hace la Biblia, que el pecado puede ser perdonado por arte de magia transfiriendo la culpa de una persona culpable a una inocente y posteriormente castigando la inocente?
“…no enseñará más ninguno a su prójimo, ni a su hermano, diciendo: Conoce a YAVEH; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice YAVEH; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado. (Jer 31:34)
El pecado no se exime por magia, sino por el poder de Dios, autentificado en su Hijo Jesucristo. Todos pecamos; y dado que hay juicio, nadie saldrá impune sin arrepentirse ante Jesús, reconociéndole como Salvador. El mismo que hizo que ciegos vieran, cojos fueran sanados, leprosos quedaran limpios, etc., tiene poder para perdonar pecados. Milagros (no magia), citados no solo por historiadores cristianos, sino sus enemigos judíos que le crucificaron, en Sanh. 107; Sota 47b; J. Hag. II, 2…
Siendo imposible negar las evidencias, ante tanto testimonio, achacaron esos prodigios a la brujería. Ciegos conocidos durante años con esa discapacidad, de pronto veían y mostraban a todo el pueblo su curación; cojos de toda la vida de pronto corrían por la calle; leprosos aislados por años, apestados de la sociedad, mostraban de pronto una piel inmaculada.
O sea, además de fuentes cristianas, hay otras de sus propios enemigos que avalan Su enorme capacidad de curación, Su gran poder. ¿No podrá perdonar pecados quien hizo tal demostración de autoridad?
Y la culpa no se transfiere; eso es mentira. ¡Se borra! Dios no pasa al inocente la culpa del culpable, sino que cada cual pagará por su pecado:
He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá. (Eze 18:4)
Igual que hay ley contra la rebelión, también hay ley para borrar pecados: la del perdón, que sigue 4 pautas:
a- Arrepentimiento por violar los mandamientos.
b- Reconocimiento de Jesucristo como salvador personal.
c- Bautizo por inmersión en el agua, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
d- Fidelidad eterna a la ley legada por Cristo a partir de entonces.
El bautizo para perdón de pecados es ley de Dios. A veces se habla de la paga del pecado por generaciones enteras… cuando hijos mal instruidos por padres negligentes, quebrantan las leyes de Dios. Por ej, en Mal 3:7:
“Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros…”
¿Acaso Dios ha engañado a alguien? Los mandamientos fueron dados desde el principio; ya en el artículo anterior quedó claro que estamos aquí para probación, pues hubo contienda en el cielo por desobediencia, y Dios ideó un plan de depuración que premia al obediente y castiga al rebelde.
El castigo por rebeldía es un plan, y verá cumplimiento. Si no aprovechamos la ocasión de esta vida, y nos la pasamos violando las leyes de Dios sistemáticamente, llevándole a ira, nos arriesgamos a que Él decida que no somos dignos de esta oportunidad, cierra la puerta de esta vida, y en muerte nos conduce a la otra, abriendo la puerta de la punición. El fin no viene con flores, sino con mucho dolor y quebranto; peor, según Jesús, al de los días de Noé. ¿A qué rasgarnos las vestiduras si se nos ha avisado? ¿No nos sometemos a leyes humanas? ¿No pagamos multas, vamos a la cárcel, y en algunos países a la muerte, por violar leyes humanas? ¿Por qué pensar poder burlar las leyes de Dios y quedar inmunes?
La historia bíblica habla de castigo cada vez que el Creador fue defraudado por hombres y mujeres que transgredieron mandamientos dados a través de Moisés. Se entregaban a orgías, sacrificaban a sus propios hijos a dioses ajenos (en realidad demonios), eran vanidosos, soberbios, etc.
Por ejemplo, en Exo 22:24:
“… y mi furor se encenderá, y os mataré a espada, y vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos.”
La capciosidad se pregunta cómo un dios amoroso puede amenazar de esta forma. Pero la capciosidad no analiza que antes de la amenaza, está la advertencia de Dios, desde el mismo inicio del capítulo 22, contra el robo, fornicación, violación, hechicería, zoofilia, sacrificio a dioses ajenos, explotación a extranjeros, contra el afligir a viudas y huérfanos…
Nos parece un terrible castigo porque ninguno de nosotros tiene poder sobre la muerte. Pero Dios sí; para Él, morir no es más que pasar al mundo de los espíritus. Es castigo temporal; los niños inocentes entran al Paraíso, mientras a los adultos les envía a purgar por sus pecados hasta que Jesús venga para juzgar, antes de instaurar el reino de los cielos.
Detrás de toda referencia de Dios por el castigo, está la desobediencia. Nos instruye para que seamos conscientes que la rebeldía a sus leyes no quedará impune, mientras que la fidelidad, la obediencia, será premiada.
Así, la Biblia enseña que Dios odia al pecado, pero ama tanto al pecador, que constantemente le está brindando la oportunidad de arrepentimiento, con promesa de perdón y vida eterna en el reino celestial, a través de la única figura establecida para ello: el Señor Jesucristo.
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