PARÁBOLA DEL SEMBRADOR: UN ENIGMA REVELADO.

julio 21, 2013

Este artículo (y el 99.9% de los de este blog) no lo copié de ningún lugar. Es por tanto una exclusiva surgida meses atrás, por revelación a través del Espíritu, durante un estudio de esta parábola en una clase de Evangelio de mi iglesia.

Antes he tocado el asunto en algunos debates; también ha sido parte de otros artículos de aquí, pero nunca fue el tema central. Hoy sí, por ser absolutamente necesario.

Notemos su importancia. La parábola, salida de los labios de Cristo fue recogida por Mateo, Marcos, y Lucas. Veamos la de Mateo 13: 3-11:

«He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga.

Luego sus discípulos le preguntaron por qué hablaba en parábolas, y Él contestó (versículos 12-13):

Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que ‘cree’ tener le será quitado.»

O sea, el propio Jesús indica que esa parábola atañe al reino de los cielos. Y posteriormente explica algo ese misterio de un reino con varios cielos que muy pocos comprenden. Analicemos tal explicación por partes:

[1- Camino] (Mat 13:19): El infierno

«Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino

La exposición de Luc 8:12 es aun más contundente y diáfana:

“Y los de junto al camino son los que oyen, pero viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean ni se salven.

Así, con los de ‘junto al camino’ se refiere a quienes irán al infierno, con el diablo y sus ángeles, por dejarse influir por satanás y negar la Palabra.

[2- Pedregales] (Mat 13:20): Reino de Gloria Telestial

“Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.”

A ese reino irá quien acepta el Evangelio, pero le ata lo mundano y muere en pecado. Y los que dicen ser de Pablo, Apolos, o Cefás, que siguiendo teologías de hombres, se separan de la única válida: la de Cristo. Por infidelidad pierden su derecho a la corona. Si no blasfeman del Espíritu Santo ni tienen delito de sangre, aunque al morir purgarán en el infierno el tiempo que el Señor determine, lograrán al final Su misericordia, en el menor reino de gloria, gracias a la promesa del ‘salvos por la fe.’ No verán a Dios ni a Jesús; les ministrarán el Espíritu Santo y ángeles.

[3-Espinos] (Mat 13:22): Reino de Gloria Terrestre

“El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. (Sin frutos… sin obras)

Irán a ese reino de gloria algo mayor, los que Cristo visitó al morir (Ej: los de Noé), que violaron decretos de Dios en la carne, mas luego aceptaron a Jesús en el espíritu. O quienes, sin ser hijos de perdición, murieron sin Ley. También quienes, habiéndole recibido en vida, no son valientes ni esforzados con el Evangelio, por lo que, aun siendo salvos, no alcanzan la gloria celestial. Reciben de la presencia del Hijo, mas no la del Padre.

[4, 5, y 6: Los 3 Reinos de Gloria Celestial] (Mat 13:23)

“Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto (obras); y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.”

Esto se aplica a tres reinos celestiales, según obras:

-Exaltación: Frutos al100% 1er cielo; (Morarán con Dios y Jesús)

2º cielo: Frutos al 60%: (Aun sin más revelación)

-3er cielo (Paraíso): Frutos al 30%. Pablo lo describe en 2Co 12:2-4:

‘Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al Paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.’

Pablo también paraboliza los 3 reinos celestiales en 1Co 15:41-42:

‘Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria. Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.’

Así, luego del juicio habrá 5 reinos de gloria + el infierno (consignado a satanás, sus ángeles, y a quienes se enviarán a allí)

El reino de los cielos que citó el Señor Jesucristo, integra 3 niveles de gloria celestial, donde la menor es la del Paraíso. De modo que intenten imaginar ¡cuánto espera a los fieles que fructifiquen, que «obren» al 100%, en frutos de fidelidad a Cristo! ¡Cuidado pues con los teólogos humanos que alteran su Evangelio! 

Luego habrá un 4º nivel de menor gloria: la terrestre, y un 5º, el de menor gloria de todos: la telestial.

Al sexto (el infierno), se irá por renegar de Dios, de Jesús, del Espíritu Santo, y el Evangelio Redentor… o porque, pese a haberle reconocido como el Salvador que es, se muera luego en pecado, violando el compromiso de fidelidad a Él (por sobre toda gloria humana), sellado antes en las aguas de sus bautismos.

A la luz de lo analizado se entiende mejor lo que Jesús dice en Apo 2:23:

«Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras

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