Nuestro Señor Jesucristo destacó en que jamás fue blando ante el error. Por ser como fue, precisamente, los judíos de su época le quitaron la vida; no soportaban Su clara amonestación contra los farisaicos actos condenables y contra la falsa autoridad.
Hoy, la curia pontificia nacida de aquellas sinagogas judías, expele igual pus. El castillo vaticano hiede; el mismo espíritu que rigió a Anás, Caifás, y compañía, sigue al control de la cúpula religiosa actual. Satanás, el propugnador de la impureza, continúa susurrando en oídos anatemas, el mismo discurso hipócrita de entonces; alentando incluso a una descomposición mayor.
Me gustaría no hablar así; quisiera no ofender al lobby progre ‘políticamente correcto’ que la sociedad actual (papa incluido) aplaude; mas no puedo. El mundo, adormilado por esa potente droga moderna de la tolerancia, se hunde cada vez más en la falsa complacencia del ‘todo está bien’: riamos, bebamos y toleremos, que es lo correcto. No puedo callar ante el error; del Señor recibí esto hace apenas un año:
“Quien siembre en campos del error, solo podrá cosechar frutos del error”
Y un poco antes, el 5 de agosto de 2010, a las 7 de la mañana:
“El hombre se jacta con indignidad de su impureza.”
He sido advertido… y mi salvación depende de no dejar de advertir. Por eso, a raíz de las controvertidas opiniones expresadas por el papa en Brasil, quiero opinar sobre algunos ¿secretos? ocultos entre las paredes papales. En particular sobre unos documentos vaticanos filtrados a la prensa en 2012, revelando trapos sucios de la Santa Sede. El escándalo culminó en un libro con medio centenar de papeles, y el arresto del mayordomo del papa, Paolo Gabriele, acusado de ladrón. Procesado y condenado en un juicio que no citó a implicados de las altas esferas, fue al fin indultado. El tema se cerró de cara a la galería, pero no de puertas adentro.
A raíz de ello, Benedicto XVI ordenó investigar todos los posibles desórdenes de la curia pontificia en abril/2012. El resultado fue un informe (“Vatileaks”) privado hecho por 3 cardenales, detectives de confianza del entonces papa: el español Julián Herranz, el eslovaco Josef Tomko, y el italiano Salvatore de Giorgi.
Y, como tantos secretos, el informe final también llegó a la prensa. El diario italiano “La Repubblica” lo detalló: 300 páginas revelando un grupo de poder elitista, lobby gay incluido, con chantajes a prelados por parte de sus propios amantes gays o por otros sacerdotes que buscaban una mejor posición dentro de los muros vaticanos.
Julián Herranz investigó, entre otros, un viejo escándalo (oct/2007) de la prensa, que implicó a un alto personaje vaticano: Tommaso Stenico, cazado por cámara oculta en un programa de TV italiana. Se le contactó para un ‘encuentro‘ a través de páginas gay de Internet, donde el supuesto interesado solo era un cebo enviado para filmarle. Las imágenes borraron su cara, pero fue reconocido por recibirle en su propio despacho.
Stenico, psicólogo, se explicó luego de forma increíble diciendo que no era gay, que solo había sido una estratagema suya para infiltrarse en círculos homosexuales y ‘desenmascarar curas’. Decía que trabajaba en un libro sobre la homosexualidad en el clero. Fue suspendido y la Santa Sede anunció una limpieza interna.
Más convulsión causó el develamiento de una red de prostitución masculina dirigida por el nigeriano Thomas Ehiem, que cantaba en un coro de San Pedro. Algunos de los chicos eran seminaristas. Ehiem, expulsado de inmediato, estaba registrado como religioso en el padrón, pero el Vaticano lo negó y sostuvo que era un laico.
Un nuevo escándalo Vaticano se desató días antes de que el Papa Francisco viajara a Brasil, luego de que la revista italiana L’Espresso revelara una relación homo entre el capitán del ejército suizo Patrick Haari, y monseñor Battista Ricca, nombrado el pasado 15/junio en un cargo estratégico (IOR) en el banco del Vaticano. El agitado flirt ocurrió siendo nuncio interino en Montevideo, Uruguay (1999/2000). La abierta relación de intimidad entre ambos, escandalizó a obispos, sacerdotes y laicos del país sudamericano, incluidas las religiosas que se ocupaban de la nunciatura.
Pero la aberración de Battista Ricca fue a más: el prelado se lió en la noche uruguaya. A principios del 2001 tuvo un altercado en un bar gay, y llamó pidiendo socorro a la nunciatura; al fin, con el rostro aporreado, le rescataron unos sacerdotes.
Pese a esto, Francisco le nombró prelado del IOR para ‘ayudar’ en la labor de purga de dicha entidad, denigrada por la corrupción interna, el tráfico de influencias y lavado de dinero. Quiero darle un voto de confianza y pensar que la curia ocultó al Papa toda información negativa sobre Ricca, y que no estaba enterado de estos tejemanejes. Aun así, me cuesta trabajo creerlo; otros los sabían, era comidilla entre los sacerdotes de intramuro… ¿Francisco no? ¿Con tantos asesores? Discúlpenme si soy un mal pensado; han sido muchos los palos decepcionantes.
Según L’Espresso, el Vaticano promovió una activa operación de ocultación, y frenó las investigaciones hasta hoy, manteniendo inmaculada la hoja de servicios de Ricca, alentando una nueva y prestigiosa carrera. Pero el nombramiento de Ricca en el IOR, que ha provocado amargura entre los religiosos que conocían su pasado, aspira en realidad a parar las reformas impulsadas por Francisco.
Al margen de las andanzas de Ricca (flirteo en un ascensor, un misterioso baúl suyo con una pistola y material pornográfico…), lo cierto es que la guerra de poderes dentro del castillito romano (que provocó la renuncia de Benedicto XVI: pastor rodeado por lobos), vuelve a activarse. Vatileaks muestra una auténtica red de extorsión que gira en torno al sexto y séptimo mandamiento: “No cometerás actos impuros” y “No hurtarás”.
Este último también fue violado en el banco papal por Monseñor Nunzio Scarano, de la alcurnia vaticana, preso en una celda pontificia de Regina Coeli, en Roma, quien hace poco escribió una carta al nuevo Papa argentino. Acusa a varios cardenales (que no nombra) de complicidad en las maniobras ilegales del IOR, y de APSA, una especie de banco central del Vaticano que ahora está metido hasta el cuello en un pantano mal oliente, debido a maniobras que dieron lugar a denuncias de blanqueo.
Se sabe que esos cardenales son gente de confianza del secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, quien acompañó hace poco al papa Francisco en Río de Janeiro y que pronto será suplido como primer ministro vaticano.
Scarano pide a Francisco poder darle un explosivo dossier con lo que ha visto y lo que sabe que ocurre en las turbias estructuras financieras de la Santa Sede. La iglesia “pobre y para los pobres” que propugna Francisco, es una utopía; mientras haya banco, habrá corrupción. Cristo lo dejó bien claro en Mat 6:24:
“Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”
Es muy difícil seguir al Señor con tanto oro por medio. Scarano fue preso por fraude, corrupción, y calumnia. También por lavar millones de sus cuentas en el IOR, reciclándolo con cheques; falsas donaciones de caridad de empresarios de Salerno.
Con él también están arrestados Giovanni Zito y el financista Giovanni Carenzio. La acusación más importante es intentar reciclar 20 millones de euros de la familia de armadores napolitanos D’Amico, depositados en Suiza. El dinero, transportado en un avión que pagó monseñor Scarano, con impunidad como funcionario de los servicios, debía ser consignado al alto prelado que lo iba a poner en sus cuentas en el IOR.
Un empresario amigo suyo, Massimiliano Marcianó, declaró a la justicia romana que vio sacar lingotes de oro en dos camiones del IOR, y que Scarano habría reciclado dinero de cuentas por 800 millones de euros, que poseía en Suiza la familia Agnelli, dueña de la Fiat, gracias a que el IOR vaticano permitía evitar los controles italianos.
En fin; el resultado de las investigaciones vaticanas, dadas a Benedicto el 17/dic/2012 fue tan arrollador que este hizo sus maletas y echó el cierre. Solo debía informar de la corrupción y tomar las medidas oportunas, fiel a Jesús, única cabeza del cristianismo. Así lo hizo Pedro cada vez que debió hacerlo, según la Biblia. Pero si la gloria de hombres atrae, se prefiere ser fiel a lo humano, aunque ello traicione a la exhortación de Jesús a favor de la Verdad. Jn 12:43 lo había anunciado 2 milenios antes:
“Porque (los fariseos) amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.»
La prensa creyó que el papa Francisco llevaba esos informes en su maleta; que los daría a conocer al cardenalicio brasileño… pero, de eso nada. El secretismo, el ocultar las aberraciones internas, siempre ha acompañado al papado católico; pese a que la orden de Jesús (Mat 10:16), sobre lo que esperaba de un dirigente cristiano fue clara:
“He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, astutos como serpientes, y sencillos como palomas.”
O sea, les advertía: pedía la astucia de la serpiente para ver el peligro… y la sencillez de la transparencia. Pero… antes muertos que rectos; la sencillez no va con la jerarquía vaticana. Prefieren los vericuetos sinuosos y la tolerancia que adhiere al mal o incluso la dimisión, antes que reconocer los errores y la purga que estos implican.
Ante el interés por si portaba el informe Vatileaks para exhibirlo a sus colegas líderes de la iglesia católica, el papa reveló el contenido del maletín: un breviario (libro con rezos), una maquinilla de afeitar, una agenda… y un libro para no aburrirse. ¡Ni una Biblia! Nada de información. El papa no dio ejemplo de representante de Cristo, sino de deportista fiel; su actitud fue más bien de: “Lo que ocurre en los vestuarios, se queda en los vestuarios”. A los cardenales de afuera, sean brasileños, chinos, bantúes o murcianos, que les den.
En ese mismo contexto le preguntaron qué pensaba sobre los gays. Y respondió:
‘Debemos distinguir el hecho de ser gay del hecho de hacer lobby. Si una persona es gay y busca al Señor, y tiene buena voluntad, ¿quien soy yo para criticarlo?’
Yo le respondo: Si Ud. no lo critica, no se llame a sí mismo portavoz de Dios, que sí lo critica firmemente en Gen 19 (condena a Sodoma por homosexualidad) o lo describe como abominación, en Lev 18:22, 1ªRey 14:24, y Rom 1: 26-27, donde se condena abiertamente la homosexualidad del hombre y la mujer. Si no aclara que se viola el 6º mandamiento y que ello arrastrará sin remedio al infierno, la quema de los homosexuales muertos, que hoy aun vivos le oyen embelesados, vendrá sobre Ud por no advertir.
Y si hay un lobby gay en el Vaticano, Ud. debe tener la postura fiel que Dios le exige como supuesto guía del cristianismo, no la del progre tolerante y comprensivo, nutrido en realidad por los susurros del antiCristo.
Toda corrupción que emana de la fosa romana se deriva de la desobediencia al legado de Cristo: el ropaje artificioso, el anillo del besamanos papal, el acumulo de riquezas de todo tipo: oro, plata, piedras preciosas y objetos de arte, etc. Y por supuesto: la auto condenación al celibato, a pesar de que todos los sacerdotes de Dios que recoge la historia bíblica, se casaron y tuvieron hijos. Ni un solo versículo de Jesús exige que sus apóstoles no se casaran; Pedro tuvo familia, solo Pablo la evitó. Y la importancia de la familia viene en la propia revelación apocalíptica: Juan dice que vio bajar la Jerusalén celestial, con 12 puertas, cada una de las cuales representaba las 12 tribus de Israel… las familias judías. Cada familia coherente con la Ley de Dios será bendecida luego del juicio, y entrará por la puerta que le corresponda. La incoherencia irá al sitio destinado para ella, donde es el llanto y el crujir de dientes.
Tiene más importancia de lo que nadie imagina; pero aquí lo dejo por hoy, pues es otro tema. Cerremos con una frase del Cristo referida a la Verdad porque, ¿dónde se cumple en el Vaticano esa verdad que instruyó y propugnó Jesús de Nazaret? Él dijo:
“Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (Jn 8: 31-32)
Cuya paráfrasis sería algo así: “Si no permaneciereis en mi palabra, no seréis verdaderamente mis discípulos; y negaréis la Verdad, y esa negación les hará esclavos.”
¿De quién? ¡De satanás, el verdadero rey del Vaticano! Porque no se puede decir que lo bueno viene del diablo y lo malo de Dios, sino todo lo contrario: lo que es bueno, viene de Dios, y el Espíritu Santo alienta a seguirlo; lo que es malo viene del propio aliento del diablo, y así encadena a sus seguidores. Así puede reclamarlos como pertenencia suya cuando mueren. Por eso el Espíritu Santo se ha apartado de la Babilonia romana… tal cual lo advirtió Jesús en el capítulo 18 de Apocalipsis, cuando habla de la Babilonia que cae… más de 5 siglos después de la destrucción de la Babilonia original arrasada por los medos/persas y jamás vuelta a levantar. ¿De quién hablaba? ¿A quien se refería en el versículo 18:6, al decir: «en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble.» ¿Han visto las misas católicas y el cáliz usado en cada una? Pues eso; ¡el Vaticano es la Babilonia apocalíptica! Y arderá en su corrupción; está escrito.
Quien tiene oídos, oiga y entienda. El Señor viene, y cumplirá cada una de sus advertencias a su iglesia antes de cumplir cada una de sus promesas. Denlo por hecho.
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