Junio 26/2012
Estas capciosidades que neutralizo gracias al Señor, las copié del blog:
http://imaginario-nopensar.blogspot.com.es/2011/07/la-segunda-venida-de-cristo.html
[Capcioso: (Del latín captiosus; raíz: captio = engaño) Proposición hecha para confundir o engañar a un interlocutor o auditorio]
A partir de hoy, en varios artículos, debido a su extensión, se dará respuesta a 10 capciosidades lanzadas a la red por quienes, de forma inconsciente o consciente, se han convertido en seguidores del antiCristo:
1-¿Por qué insisten en que Dios es amoroso y misericordioso cuando, en las conquistas de Israel del antiguo testamento, este ordena específicamente a su pueblo elegido que masacre a sus enemigos; sin mostrar misericordia hacia hombres, mujeres, e incluso niños y animales?
2-¿Tiene sentido pretender, como hace la Biblia, que el pecado puede ser perdonado por arte de magia transfiriendo la culpa de una persona culpable a una inocente y posteriormente castigando la inocente?
3-¿Por qué la Biblia muestra a Dios manifestándose de formas dramáticas y realizando milagros evidentes ante los ojos de los no creyentes? ¿Por que no sucede nada parecido hoy en día?
4-¿Por qué un gran número de cristianos siguen creyendo en el inminente fin del mundo cuando el Nuevo Testamento dice claramente que el Apocalipsis iba a ocurrir 2000 años atrás?
5-¿Por qué los cristianos creen en el alma cuando la neurología ha encontrado pruebas claras de que el sentido de identidad y la personalidad pueden ser alterados por cambios físicos en el cerebro?
6-Si ofrecer la salvación a través de Jesús siempre estuvo en los planes de Dios, ¿por qué no envió a Jesús desde el principio, en lugar de confundir y engañar generaciones de personas mediante la creación de una religión llamada Judaísmo que, según Dios mismo sabía de antemano, no sería la adecuada?
7-La Biblia dice que Dios no desea que nadie perezca, pero también afirma que la mayoría de la humanidad terminará en el infierno. ¿No quiere decir esto que el plan de salvación de Dios fue un fracaso? Si este trágico resultado se considera un éxito, ¿que contaría como un fracaso?
8-¿Por qué Dios no creó los seres humanos de tal manera que libremente deseen hacer el bien, eliminando así la necesidad de crear un infierno para atormentar eternamente a los impíos? (Si la idea le parece imposible o contradictoria, acaso no es esta la situación que se da en el cielo?)
9-(Para fideístas o personas que dicen que la fe se auto-justifica) ¿Es justo o racional por parte de Dios ocultarse a sí mismo de modo que sólo pueda ser conocido por fe, y aparte de eso insistir en que cada ser humano le encuentre escogiendo la única correcta entre cientos de incompatibles religiones?
10-Si usted tuviera el poder de ayudar a todas las personas que sufren o que pasan momentos de grave necesidad, ¿estaría dispuesto a hacerlo? De ser así, ¿por qué Dios no lo hace?
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Estas son las preguntas con las que se pretende torpedear la Verdad del amor de Dios. Pero, antes de responder, hagamos la más importante: ¿Por qué Dios es tan estricto? ¿No será que le obligaron a serlo? Veamos:
En el mundo espiritual, mucho antes de la aparición del ser humano, todo era armonía y ‘buen rollo’. Pero sucedió algo: Dios decidió dar a todos los ángeles la oportunidad de poseer un cuerpo de carne y huesos, como Él, y ello ocasionó gran ilusión y revuelo en el mundo angelical. El Creador diseñó un plan para ello… y empezaron los problemas de desobediencia.
En asamblea celestial, Lucifer se ofreció a sí mismo para gobernar a los hombres con poder y autoridad de Dios: espíritus a los que se les borraría la memoria de su vida celestial antes de ‘nacer’ en cuerpo de carne y huesos, para vivir un estado de “probación”. Es más complejo que esto, pero así es suficiente para entender lo que somos en realidad.
Por tal razón es que vemos en Génesis 1:26 que el Señor dice: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”; y por la misma razón vemos que Jesús, una vez resucitado, dijo a sus incrédulos apóstoles en Luc 24:39: «Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.»
A Dios no le gustó el propósito de Lucifer, y decidió enviar a Jesús para que efectuara el plan divino según la voluntad del Padre. Entonces Lucifer, uno de los ángeles principales, lleno de soberbia y vanidad, seguido por la 3ª parte del mundo angelical (miríadas), se rebeló contra el Creador y provocó una contienda en los cielos de dimensión catastrófica. Fue vencido y enviado en espíritu a este planeta, junto con sus huestes, y a partir de entonces se le llamó: satán, diablo, el maligno, etc.
Desde aquello se convirtió en el antiCristo, y con capacidad para leer en el corazón la debilidad del humano, le somete a tentación según inclinación personal. Así intenta truncar el plan de Dios en el proyecto dado a Jesús: dar vida eterna en reinos celestiales según obediencia a Sus preceptos.
Dios prueba los espíritus, para decidir según actitud, luego del juicio final, qué reino ocuparán en esa eternidad a la que constantemente se refirió Jesús, hablando en plural del reino ‘de los cielos’. Y es que habrá varios; cada cual con su propia ley y nivel de exigencia; y cada uno de nosotros vivirá su eternidad en aquel de ellos que le corresponda por conducta y obra en la tierra. Pablo habla de esa pluralidad celestial en la Revelación de 2Co 12:2:
«Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.»
Tercer cielo, o sea: hay dos más. Y ahora, sabiendo que Dios es estricto para evitar otra futura contienda en los cielos, se responderá la 1ª pregunta lanzada por el antiCristo:
1-¿Por qué insisten en que Dios es amoroso y misericordioso cuando, en las conquistas de Israel del antiguo testamento, este ordena específicamente a su pueblo elegido que masacre a sus enemigos; sin mostrar misericordia hacia hombres, mujeres, e incluso niños y animales?
Dios es amoroso y misericordioso, porque solo hay que arrepentirse del pecado, pidiendo perdón a Jesús, bautizándose en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo… y se es perdonado. Aunque luego hay que continuar siendo obediente, pues reincidir en el pecado es igual que intentar burlar a Dios, no valorando la gracia recibida.
La frontera de la misericordia tiene dos barreras: arrepentimiento, y obediencia. Un padre humano premia o castiga la conducta de sus hijos. ¿Por qué criticar a Dios por ello? Es como ese padre que ve al hijo en algo malo repetitivamente, diciendo cada vez: ¡Juanito… juum!, pero Juanito, dale que te pego, haciendo lo que al padre no le gusta. Llega el momento que el padre se ve obligado a castigarle, según lo que haya hecho.
Se dirá: ‘ningún padre mata a su hijo’; y es cierto… porque ninguno tiene poder sobre la muerte, excepto Dios. Ese tránsito parece algo aberrante: el clímax de castigo. Sin embargo, lo peor no es la muerte en sí, sino llegar al infierno con estigma de pecado (salvo los niños, inocentes). Por orgías, corrupción, hechicería, sacrificios de sus hijos a dioses extraños (en realidad demonios), etc, recibieron escarmiento. Y los que quedaron vivos, incluso judíos, conocieron el riesgo de la rebeldía. De hecho, la historia recoge que no ha habido en el planeta pueblo más castigado que el judío, varias veces condenado por sus pecados a desolación y destierro.
Jesús lo profetizó en la parábola del criado y su amo, Luc 12:43-49:
“Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, le halla cumpliendo con su deber. De veras les digo que el amo le hará encargado de sus bienes. Pero si ese criado, pensando que su amo va a tardar en llegar, comienza a maltratar a los otros criados y a las criadas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, el día que menos lo espere y a una hora que no sabe, llegará su amo y le castigará, condenándolo a correr la misma suerte que los infieles. El criado que sabe lo que quiere su amo, pero no está preparado ni le obedece, será castigado con muchos golpes. Pero el criado que sin saberlo hace cosas que merecen castigo, será castigado con menos golpes. A quien mucho se le da, también se le pedirá mucho; a quien mucho se le confía, se le exigirá mucho más. Yo he venido a prender fuego al mundo; y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo!”
Jesús vino para sufrir en su carne el pecado de la humanidad y limpiarlo con su sangre. Las ofensas, vejaciones, escupitajos, latigazos, la corona de espinas, su crucifixión, lanzada en su costado, y su muerte, fueron su ofrenda a Dios para recibir a cambio el Poder del perdón sobre el pecado.
Seamos fieles a Él, y Él será fiel. Seamos compasivos y misericordiosos con los demás, y podremos comprobar en nosotros mismos que su misericordia no es un cuento, que es real, que es efectiva, y Salva.
En los próximos artículos, las siguientes 9 respuestas al antiCristo.
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Me parece muy interesante su explicación de por qué no considerar una «aberracción» la decisión de Dios de terminar con esas vida porque, como usted dice: «(…) ninguno tiene poder sobre la Muerte, excepto Dios», y tiene sentido. De alguna manera, si dios Da, también tiene el derecho de quitarlo. Suena duro, pero lógicamente nuestras opiniones son desde el punto de vista de simples mortales que estamos más o menos aferrados a esta vida.
Sin embargo, sabrá disculpar mi desconocimiento y su relato sobre Lucifer me genera algunas dudas, probablemente las verá como algo básicas y elementales, pero que quizás encuentre interesante responder con su modo claro de explicar. Comenzaré citándolo y haciendo acotaciones a continuación:
>>»A Dios no le gustó el propósito de Lucifer, y decidió enviar a Jesús para que efectuara el plan divino según la voluntad del Padre».
Si Dios es, sin absolutamente ningún lugar a dudas, el Creador, no sólo el creador del cielo y la tierra, animales, plantas y especialmente el Hombre, entonces hay que pensar que también fue el creador de los ángeles.
No puedo explicarme por qué Dios, con su infinita sabiduría no pudo prever que algunos de sus ángeles, sus creaciones más hermosas, podían ser codiciosas y perversas. No sólo alguna sino «una tercera parte». ¿No se debió sentir algo frustrado de haber creado eso? Pero lo que me llama la atención es que, a pesar de su «error» (lo pongo entre comillas porque es un poco fuerte decir que Dios haya cometido un error) al crear esas miríadas y al mismo Lucifer, no haya podido encargarse él mismo del problema. Es decir, ¿cuál es la razón por la cual eligiría a un hombre de carne y hueso, un ser humano, Jesús, para encargarse de ese ángel malvado ant-cristo?
Imagino que para situar esto en tiempo (no en espacio porque ha de haber sucedido en algún plano espiritual-no-material al que Ud. llama Cielo o, literalmente en su artículo: «en el mundo espiritual»), estos impresionantes acontecimientos debieron haber sucedido hace realmente mucho tiempo. Ud dice que: «En el mundo espiritual, mucho antes de la aparición del ser humano», por lo tanto he de asumir que esto ha de haber ocurrido incluso antes de la creación de Adán y Eva. Si esto es así, entonces ¿Cristo fue creado por Dios antes de la creación del hombre como especie, hace 6 mil años antes de su propio nacimiento (año cero) con el fin de ponerle coto a Lucifer y sus malvados compañeros? Si es así, entonces ¿Jesús es una idea previa a Adán? De ser así, ¿Dónde estuvo Jesús? ¿Jesús murió y luego vinieron Adán y Eva?. El nacimiento de Jesús en el año cero ¿es una reencarnación del Jesús de la primera creación? Disculpe, pero me sienta algo confundido con los tiempos.
Por otro lado es probable que lo que digo arriba esté absolutamente equivocado y pensar que Jesús existe previo a Adán y Eva sea un disparate absoluto! Entonces, tengo que asumir que Dios creó a Jesús (muchos miles de años después), de la creación de Adán y Eva (tal como figura en la Biblia). De ser así, ¿es posible entonces que Dios haya esperado 6 mil años para resolver el «asunto» de Lucifer, ¡algo que él mismo creó! Eso quiere decir que esos 6 mil años hasta que llegó Jesús a poner orden deben haber sido terribles para los descendientes de Adán y Eva. Si esto fue así, ¿por qué Dios esperó tanto? ¿Acaso no creó el universo, los planetas y todas las criaturas en sólo 6 días?
>>»…Entonces Lucifer, uno de los ángeles principales, lleno de soberbia y vanidad…»
¿Cómo un ángel puede estar lleno de soberbia y vanidad? ¿Cómo DIOS puede permitir semejante aberración? ¿Por qué Él permitió que algo así existiera? ¿Hay excepciones sobre la belleza e infinita sabiduría de las creaciones de Dios?
>>»…seguido por la 3ª parte del mundo angelical (miríadas), se rebeló contra el Creador y provocó una contienda en los cielos de dimensión catastrófica.»
¿Dios no fue capaz de destruirlo? ¿Tan impresionante reto le implicó a Dios vencer a Lucifer? ¿Por qué? ¿Dios fue capaz de crearse un Rival tan importante que ni con Jesús pudo destruirlo y sólo reducirlo a espíritu?
>>»Fue vencido y enviado en espíritu a este planeta junto con sus huestes»
¿Por quién? ¿Quién envió al espíritu de Lucifer a la Tierra? ¿Dios lo hizo tras derrotarlo?¿Con qué fin?
Lucifer y sus secuaces no pudieron ser erradicados ni por Dios ni por Jesús, ¿se podría pensar que falló Dios?.
Yo tenía entendido que si Dios tenía el poder de crearlo todo, podría ser capaz de manejar estos «espíritus malignos» o demonios.
Muchas gracias por su tiempo y dedicación a este interesante blog que fomenta un espacio de debate respetuoso.
Saludos cordiales.
Leandro
Hola, buenos días. Ante todo decir que aunque la Biblia encierra la mayoría de respuestas a nuestras preguntas (muchas escondidas), aun quedan otras por responder; verdades que solo Dios conoce, de las cuales el propio Señor Jesucristo, su ‘primigenio’, sabedor de algunas, ignora otras. Y su respuesta sobre el tiempo de su 2ª venida es un ejemplo: “Solo lo sabe el Padre”. Una de las que más me ha hecho pensar es el origen del propio Dios; pero creo firmemente que si demostramos fe en Él y en Su Hijo, algún día nos desvelará esa y otras incertidumbres con su propia voz.
Dicho esto, le daré mi opinión personal sobre sus interesantes planteamientos.
1- La importancia de la muerte.- La muerte es seudo importante para el humano que no cree en la vida espiritual; la ve como el fin de su existencia… su paso del todo, a la nada. Y digo seudo pq ignora la verdadera importancia de la muerte: la frontera en nuestro tiempo de probación y el resorte que genera la apertura de una de las dos segundas puertas al mundo espiritual: la que conduce al infierno (con muchas más áreas de las que la gente imagina, según magnitud de pecados), o la que conduce al Paríso de la promesa de Jesús y el propio Dios.
O sea, no todos comprenden la verdadera trascendencia del fin de la vida; y en esa simpleza caen en el error de subvalorar su relevancia. Pero Dios sabe que la muerte no es más que el inicio de la 2ª etapa de ‘vida’; por ello es que vemos en la Biblia que lo ocurrido durante el diluvio, por ej, no fue más que una consecuencia de los actos de aquella generación que no supo aprovechar su tiempo. Necesitó purgar sus pecados en el sitio creado para ello desde el inicio, como veremos más abajo.
2- El origen de Jesucristo.- Él fue el primigenio; la primera obra del Todopoderoso. Es la respuesta que tengo hoy por hoy; pero estoy seguro que un día el Señor dirá a todos los que escoja todos los detalles sobre este asunto. Estuvo en los planes del Padre, mucho antes que el resto de entidades espirituales. Jesucristo fue un miembro del concilio de los dioses que veremos más abajo. Participó directamente en la Creación del Universo. Si estuvo o no en los planes del Padre para vencer a Lucifer yo no lo sé; ni siquiera sé si estaba previsto que Lucifer se revelara. De hecho, no fue Él el designado para combatirlo (más abajo se habla de esto)… pero algún día, todos los que logren estar en su gobierno sabrán todo sobre este asunto.
Pero sí sabemos que fue hecho hombre cuando Dios consideró llegado este momento, miles de años después de haber existido como entidad Celestial junto al Padre, pues en su oración de despedida, poco antes de la crucifixión, en Jn 17: 4-5, Jesús testifica de ello:
“Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.”
3- El final de Lucifer.- En Juan 10:33-34, un versículo poco estudiado, el propio Jesús dice: [“¿No está escrito en vuestra ley: ‘Yo dije: Sois dioses?] Y en Gen 1:26, el propio Dios dice: “Hagamos al hombre…”; usa el plural, fijándonos como pauta de análisis que en la Creación del Universo, dirigida por Él, estuvieron implicados otras entidades: el concilio de sus dioses del que se rodeó para llevar adelante su obra, según Él la había ideado. Ese concilio lo formaron las más brillantes inteligencias angelicales, donde el Padre Celestial fue, y es, el más inteligente, estando Jesucristo entre ellos… y Lucifer ocupó un sitio relevante.
Dios debía decidir a cuál de esos grandes espíritus enviaría a la Tierra entre los hombres. Preguntó a quién estuviera dispuesto, que presentara su plan. Lucifer dio un paso al frente y le dijo: “Dame tu honra y tu gloria, y yo haré que no se pierda ninguno de ellos”.
Con ello daba a entender que violaba una condición sine qua non impuesta por el Rey de los ángeles: el libre albedrío… la misma vigente en el mundo espiritual, pues Dios no crea criaturas marionetas, sino autónomas. De modo que ese ‘libre albedrío’ libera a Dios del error, ya que el error estaba previsto con la libertad de elección otorgada por Dios. Más bien creo que, sabedor de las cosas que estaban ocurriendo en su reino, decidió hacer una depuración en toda regla. ¿No es la mente más inteligente?
Era como si Lucifer le dijera: “Tú déjame esto a mí, que yo lo haré a mi forma y manera, y lo haré mejor que tú.” Ello inició un debate; el Todopoderoso se dirigió a Jesucristo, el primigenio de las entidades espirituales para preguntarle su opinión, y este le contestó:
-”Padre, yo estoy dispuesto a hacerlo como tú digas; pero hágase según tu voluntad.”
La decisión del Padre recayó sobre su Hijo Jesucristo, y esto provocó que se encendiera la ira en Lucifer, derivada de la vanidad que nosotros mismos estamos acostumbrados a ver aquí en la Tierra (“Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”). Al ser un ángel con mucho apoyo en el mundo angelical intentó una especie de golpe de estado, buscando seguidores.
Y aquí llegamos a otra parte de tu planteamiento: No fue Jesús el enviado en ese momento a vencer a Lucifer; no era su momento. Él vendría después como el Mesías anunciado, y vendrá una 2ª y última vez al final de todo, cuando imponga la Justicia de Dios sobre los humanos. Pero en aquel momento se inició una guerra en los cielos y el arcángel Miguel fue el designado por Dios para conducir sus huestes… que vencieron a Lucifer y sus seguidores, y, con el poder otorgado por el Todopoderoso, estos fueron desterrados a un sitio preparado para ellos aquí en la Tierra: el infierno.
El arcángel Miguel recibió su premio por combatir a Lucifer: Él sería Adán, el primer hombre.
Y aquí llegamos a otro planteamiento suyo: El infierno estuvo entre los planes de Dios; por eso Lucifer pasó a llamarse satanás, siendo vencido, pero no destruido. Esta vida es un tiempo de probación: el pecado exige un sitio de depuración, un crisol; el infierno es ese sitio. Del Señor Jesús recibí hace pocos años:
«El humano será abrazado en muerte por aquél a quien se haya abrazado en vida.»
Veamos: Hay tres reinos de gloria celestial. Jesús lo toca de paso, en la parábola de la semilla en Mateo 13: 30%, 60%, 100%: «El que tenga oídos, oiga», y Pablo en 2ª Cor 12:2-4, al hablar del ‘3er cielo’ (si hay un 3º, hay un 2º y un 1º). Ese significado no le ha sido mostrado a teólogos durante siglos debido a su entrega a la gloria de hombres, en lugar de buscar la gloria que viene del Padre.
Los humanos que decidan serle fieles aquí, al morir pasarán a ocupar un sitio en uno de los reinos celestiales, según sus obras, pq por justicia, a cada uno se le dará según sus frutos. Lo sentencia más de una vez el propio Jesucristo. Y si Él lo dijo, así será, aunque los profundos escritos de Pablo sobre la fe, hayan sido tergiversados por el maligno, gracias a su influencia sobre el pensamiento humano.
Pero hay otros dos reinos de gloria, no celestial. Son los concebidos para los que logren ser aceptados luego del Juicio que el Señor Jesús impondrá sobre la humanidad, después de su 2ª venida, al final del séptimo milenio de la Creación. Quienes vayan al infierno pagarán un precio de sufrimiento que se extenderá en el tiempo hasta que llegue el juicio del Señor; sin embargo, muchos podrán luego alcanzar Su misericordia. Luego de sufrir, tendrán la oportunidad de pasar a un reino de esa gloria no celestial. Sin embargo, hay muchas almas que han alcanzado un punto de degradación tal que no alcanzarán esa misericordia en su juicio… y serán enviados de vuelta al infierno, con satanás y sus ángeles, por los siglos de los siglos.
Hay mucho sobre esto, pero por ahora vale así.
4- Respecto a la presencia de Jesucristo como ente celestial entre los primeros hombres (antes de venir en carne y huesos), se manifiesta en la enigmática respuesta bíblica del Señor a Moisés en Éxodo 3:14:
– Y respondió Dios a Moisés: Yo soy el que SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
Nuestra Biblia es una traducción de traducciones, pero en el original judío, escrito en hebreo, ese versículo muestra las cuatro letras (Tetagrama), equivalentes al español YHVH, en Hebreo Yod-Heh-Vav-Heh. (Soy el que soy). De aquí proviene la confusión con el nombre de Jehová que no es correcto. Ese nombre de Dios en hebreo, YHVH, es sólo la pronunciación de las cuatro consonantes, sin las vocales correspondientes.
En español el equivalente más apropiado sería YAVEH. Pero Jehová no está mal como expresión universal, venciendo la frontera de los idiomas.
Ese ‘Soy el que soy” se vuelve a manifestar en el Nuevo Testamento, Juan 14:8-9, con Jesús hecho ya hombre, cuando Felipe le pide a Jesús que les muestre al Padre. Y vemos que el propio Padre habla por boca del Señor Jesucristo; otro enigma que solo se puede responder desde el misterio de la Trinidad, mediante la actuación del Espíritu Santo. O sea: “Soy el que soy… según sea conveniente”
Muchas gracias por el tiempo dedicado. Un gusto intercambiar opiniones con ud.