Marzo/2/2012
«Todo el mundo los odiará a ustedes por causa mía; pero el que se mantenga firme hasta el fin, se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra; pues les aseguro que el Hijo del hombre vendrá antes que ustedes hayan recorrido todas las ciudades de Israel. Ningún discípulo es más que su maestro, y ningún criado es más que su amo.» [Mat 10:22-24]
El serllamado para servir a Dios, oyéndole, recibiendo sus visiones, o estudiando Su Palabra, contrae responsabilidad. La fiel ejecución del compromiso es más importante que el tener o no éxito en la misión.
Jeremías, que hablaba con Dios, y se le quejó por dar solo malas noticias, fue elegido como vigilia. De no haber dado Sus mensajes al mundo, habría sido responsable del destino de los oyentes. Al proclamarlos cumplió su deber, aun si el receptor lo ignoró. Pero no solo los profetas son centinelas; todo cristiano lo es. Si callamos ante algo que sabemos en el corazón que está mal, pecamos de tolerantes. Caer pesado es lo de menos, lo único importante es ser fiel a Cristo, al Espíritu Santo, y por ende, al Padre Celestial. Es más fácil pasar un problema a la próxima generación que enfrentarlo con valor; pero se responderá por cada dejadez.
Eze 13:1-23 habla de condenación a los falsos profetas. Sus mensajes eran lisonjeros, decían lo que la gente deseaba oír; pero con ellos les condenaba al ostracismo, no a la perfección. Pese al ánimo consolador, estaban errados. La falsa paz que propugnaban caería sobre ellos; la tolerancia animosa puede hacer que se esté animosamente equivocado. Dar falso consuelo y falso sentido de seguridad es un error. Ejemplos:
Eze 13:5 No habéis subido a las brechas ni habéis edificado un muro alrededor de la casa de Israel, para que resista firme en la batalla en el día de Javhe… 8 Por tanto, así ha dicho Javhe el Señor: Por cuanto vosotros habéis hablado vanidad, y habéis visto mentira, por tanto, he aquí yo estoy contra vosotros, dice Javhe el Señor. 9 Estará mi mano contra quienes ven vanidad y adivinan mentira; no estarán en la congregación de mi pueblo, ni serán inscritos en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán; y sabréis que yo soy Javhe el Señor.
Eze 13:10- Sí, por cuanto engañaron a mi pueblo, diciendo: ‘Paz’, no habiendo paz; y uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto, 11 di a los recubridores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia torrencial, y enviaré piedras de granizo que la hagan caer, y viento tempestuoso la romperá.
Eze 13:12 Y he aquí cuando la pared haya caído, ¿no os dirán: ‘Dónde está la embarradura con que la recubristeis’? 13 Por tanto, así ha dicho Javhe, el Señor: Haré que la rompa viento tempestuoso con mi ira, y lluvia torrencial vendrá con mi furor, y piedras de granizo con enojo para consumir. 14 Así desbarataré la pared que vosotros recubristeis con lodo suelto, y la echaré a tierra, y será descubierto su cimiento, y caerá, y seréis consumidos en medio de ella; y sabréis que yo soy Javhe. 15 Cumpliré así mi furor en la pared y en los que la cubrieron con lodo suelto; y os diré: No existe la pared, ni los que la recubrieron, 16 los profetas de Israel que profetizan acerca de Jerusalén, y ven para ella visión de paz, no habiendo paz, dice Javhe, el Señor.
Sobre esto mismo alertó Jesús cuando dijo en Luc 6:46-49:
«¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Todo el que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.»
Si Cristo es el único camino hacia Dios, no se pueden contemplar otros caminos. Hay que hacer las cosas como Él dejó escrito que se hiciera, y hay que decir lo mismo que Él dijo. Si se habla de paz y amor, hablemos según Cristo, no según la gloria de hombres absortos en la complacencia del falso nirvana eclesiástico, ajenos a la amonestación que el Señor legó a su iglesia a través de su mensaje de Apo 2, repetido siete veces: »
“El que tenga oídos oiga lo que el Señor dice a las iglesias.»
¿Qué nos pasa a todos? ¿Se nos han caído las orejas? ¿O acaso hemos permitido que el diablo ponga tapones cada vez que a él le interese?
Ezequiel 33 es otra advertencia sobre la responsabilidad ante Dios:
Eze 33:2-9 Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya, y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo, cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza. El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida. Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya. A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: ‘Impío, de cierto morirás’; si tú no hablares para que se guarde de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano. Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida.
Estos augurios explican que una comunidad no puede escapar del juicio por su culpa, confiando en la justicia de algunos de sus miembros. Una sociedad corrompida por alguna impureza, por pequeña que fuere, no puede esperar ser exonerada en razón de tener unos pocos santos en su medio; de la misma forma que no puede expiar una familia con algún grado de impureza el tener un antepasado piadoso.
El concepto de purificación se presenta vagamente; la corrupción se enseña de forma inocente, como ‘pecadillo‘ sin importancia; está tan arraigada en la sociedad que solo se hacen pequeñas modificaciones en el actuar. Se trae el mundo a la iglesia y se intenta, con gloria de hombres, compatibilizar ambas; mas eso es contaminación, no purificación. Es intentar estar con Dios y el diablo al mismo tiempo, sabiendo que lo puro no puede habitar con lo impuro. Esa frontera debe ser clavada en el corazón de cada cristiano.
Se hacen las cosas al revés. Cada templo de Dios debe purificarse para luego llevar al mundo la asepsia. Y debe hacerse sin importar lo pequeño que sea, pues por costumbre vemos que a Él le gusta sorprender con lo pequeño: entre Caín y Abel, eligió al menor; también José fue el penúltimo de sus hermanos, y luego, Efraín más pequeño que Manasés, fue el bendecido por Jacob. David también era el más pequeño, y sin embargo, fue el elegido para reinar. Jesús, coronado como rey del mundo, nació sin embargo en un pequeño pesebre, en la pequeña aldea de Belén.
Purifíquese la iglesia pequeña, y verá la acción de Dios derramarse con poder sobre ella; será ejemplo ante los inmensos templos donde habite la gloria humana. Pongan al Señor a prueba en esto y lo verán.
La corrupción de una sociedad suele ir más allá de lo individual. Puede llegar a ser parte de las instituciones de esa sociedad; y no solo las civiles, sino también las religiosas. Se aceptan prácticas como dogma de conducta porque se divulgan según tradiciones apoyadas por jerarquías eclesiásticas. Pero eso no justifica tales prácticas; Jesús habló de ello en varios versículos; por ej., en Mat 15:3:
«¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?»
Y en Jn 12:42-43:
«…aun muchos gobernantes creyeron en Él; mas a causa de los fariseos [sus tradiciones] no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.»
Asimismo en Ez 22:26 el propio Dios dice:
«Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis días de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos.«
Somos vulnerables; la muerte física nos espera sin remedio para separar al espíritu del cuerpo. Y el cuerpo, materia corruptible, se volverá polvo; pero el espíritu es eterno, así que: ¿dónde esperará el regreso de Cristo? Por albedrío, cada cual decidirá por sí mismo; solo hay infierno y Paraíso, y este último no admitirá un espíritu sin perfeccionar, pues, por ley de Dios, lo mundano no puede convivir con lo divino. Quien lea entienda; y quien no entienda, doble sus rodillas y ruegue a Dios discernimiento sobre esto.
Yo lo he hecho… y tuve respuesta: La pureza se allega a la pureza; la corrupción a la corrupción. Debido a que un gramo de levadura leuda toda la masa, no se admitirá pureza al 95%; si hay algún % impuro, cualquiera que sea, deberá depurarse en fuego. ¡Purifiquémonos para poder esperar al Señor en el Paraíso del 100%!
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