Ayer vi un documental en la tele, que intentaba amparar la teoría darwinista desde una óptica monoteísta. De tal trabajo, solo citaré un enfoque pusilánime, salido de la boca de alguien vestido de sotana, que se cree la voz del Señor en la Tierra: ‘Dios pudo haber apelado a cualquier método para ejecutar su Creación’. O sea, urgido del reconocimiento ateo, apoyaba que el Creador necesitara miles de millones de años para concluir su obra… y que las Escrituras usadas por el mismo Jesucristo, no dicen verdad.
Imaginé a quien dijo eso, como un ratón encogido, trémulo, y vacilante; irresoluto ante la presencia de la serpiente. Le supuse sometido al miedo; con vergüenza de acogerse a lo único que instruye perfectamente sobre la Creación: ¡La Palabra de Dios, con crédito conquistado en la crucifixión del Gólgota!
Cualquiera que abrace bocetos antiCristo, convierte en estéril la sangre de Jesús. Olvida que el Señor evangelizó durante tres años según las Escrituras, autentificándolas. Donó su propio cuerpo al martirio, como garantía de que cualquiera que se ciñera a Su Verdad, defendiéndola con ahínco, ganaría el sello de ‘fiel’, y sería llevado con Él en Su día del regreso, durante la ejecución del último plan de Dios para con la raza humana.
En Job 28:5 puede leerse: “De la tierra nace el pan, y debajo de ella estará convertida en fuego”. ¿Acaso Job era geólogo? La Palabra de Dios instruye, desde hace más de 3,800 años, sobre lo que la humanidad supo hace poco. Debajo de la corteza terrestre hay casi 16 millones de kms de la lava que asoma de vez en cuando por volcanes.
Puedo entender que algunos académicos se confiesen ateos: asumen una posición firme y apechugan con ella; oro por ellos para que Dios les abra los ojos del corazón y logren asentarse algún día en Su Palabra. Pero jamás podré aprobar la actitud de nadie que, declarándose cristiano, intente propugnar al mismo tiempo que Jesús fue un mentiroso, solo para congraciarse con los ‘científicos’ del azar. Quienes defienden que provenimos de monos, niegan el “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”, escrito en el libro que Cristo revalidó al hablar de Adán, de Noé, del diluvio, de Sodoma y Gomorra… Insultan al Señor, y a sí mismos, pues la doblez jamás será objeto de respeto, ni mucho menos podrá constituir sello de dignidad.
“No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino a cumplir. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas.”
¿Qué parte de eso no se entiende? Son palabras del Señor, en Mat 5:17-18: “la ley y los profetas”. Así que no solo patentiza firmeza en los mandamientos de Dios, sino también desde el alfa hasta la omega en alegatos de profetas. Y eso es el Génesis escrito por Moisés; uno de los pocos elegidos que pudieron hablar con Dios.
Dicho esto, calemos una fábula diseñada por el propio satanás para propugnar un Cristo engañador: el mito de la datación. El argón39, un isótopo del gas, se usa para fechar núcleos de hielo y aguas subterráneas: se mide la cantidad presente, y se supone un efecto de decaimiento radiactivo desde otro isótopo… proceso hábilmente presentado como posible de cuantificar en años. No analizaremos aquí el error del concepto, tema de otro artículo, sino la contradicción en la que se cae, una vez más.
Hace días escribí sobre el tridente de satanás; arma subliminal elaborada en un mismo contexto de tiempo: la victoria del ateísmo en Rusia, [‘Manifiesto Comunista, Marx y Engels, 1848], la Escala Geológica [1850], y ‘El Origen de las Especies’ [Darwin, 1859]. Pues bien, el mango de ese arpón triple, fue la presunta gran glaciación planteada por primera vez en 1837 por el biólogo Louis Agassiz. Así se abonó el terreno para la ofensiva del diablo, el vil cañoneo al campo de las ciencias.
Mucho dinerito se ganó a partir de ahí; millones de libros sobre el tema, con teorías descabelladas, han saturado bibliotecas en todo el mundo durante siglos. Sin embargo, como siempre ocurre con el ateísmo, el argumento cae en cuanto se hurgan los primeros milímetros de glaciaciones ‘INTERMITENTES’, desde el místico período ‘proterozoico’, hasta el ‘holoceno’ actual. Vean el gráfico:

Supuestas Glaciaciones y Deshielos
Según se ve, la primera ‘supuesta’ glaciación ocurrió en una era datada en 2 mil millones de años [proterozoica]. La dilatan hasta un pasado de 144 millones de años [mesozoico], donde teóricamente ocurrió el primer deshielo ‘interglacial’. Observen que imaginan 8 glaciaciones, intercalando 8 deshielos, hasta la era actual. ¡Cuánta locura Dios mío! En fin… de aquí brota una pregunta, con la fuerza de un tornado, categoría máxima:
Si se reconocen 8 fases de deshielo [Interglaciares], con 64 millones de años la primera [144-80; supuesto cretácico], otros millones intermedios, + 80,000 de la última, ¿cómo datar un bloque de hielo, según el argón contenido? ¿Cómo, si se acreditan 8 eónicas etapas de ‘deshielo’ en el planeta? ¿No ven que cada uno de ellos daría tiempo suficiente para que se liberara el gas hacia la atmósfera? Ante tanta licuación, la cantidad de argón debe tender a ‘0’, pese al decaimiento radiactivo. ¿Es que se toman alucinógenos?
¡Eso lo puede ver un niño! Solo es invisible para quien, ciego de ofuscación, pese a su talento, se porta como toro en el ruedo, ignorando todo lo que explosiona alrededor, mientras centra su atención en un absurdo trapo rojo que abandera la ignorancia.
Mas, veamos otra perspectiva. Si usted se sitúa frente a un espectrógrafo que analiza una muestra de roca, la pantalla exhibirá tantos espectros como isótopos contenga; no una sola pareja de decaimiento nuclear. ¿Por qué acuden siempre a parejas específicas, y no a todas? ¡Porque cada pareja de decaimiento radiactivo arrojaría una fecha distinta, y eso no conviene a los planes! Una roca no puede decir al mismo tiempo que tiene mil millones de años, o 300 millones, o un millón… o solo 6000.
De hecho, una roca datada en un millón de años por el método potasio-argón, puede presentar también rubidio87… sin presencia de su producto de decaimiento: estroncio87 [o baja cantidad de este], suficiente para arrojar un resultado de unos pocos miles de años. Así, el método rubidio-estroncio, muy usado cuando conviene, es desechado cuando se convierte en incordio ‘científico’. Si se data un terreno al que a priori, según fósiles o ‘mapa geológico’, le han asignado ya millones de años, buscan la pareja isotópica que confirme lo que desean oír. El sistema ha sido concebido para apoyar lo que se necesita exponer como evidencia científica. ¡No la verdad, sino lo conveniente!
En 1830 se conocían 55 elementos químicos. A mediados del siglo XIX, con la invención del espectroscopio, se revelaron otros nuevos. En total, la Tabla periódica actual contiene 106 elementos que conforman todo lo que vemos; se requiere de todos para la existencia, tanto de cuerpos inanimados, como de seres vivos. ¿Por qué pensar entonces que la cantidad de Argón 40 que tiene una roca, se debe solo a semidesintegración del Potasio 40? ¿Por qué no suponer que desde el primer momento en que surgió la piedra, el Argón40 ya era uno de sus componentes?
Esto último se ha corroborado en la práctica. En 1980 hubo una erupción en el volcán St. Hellen; diez años más tarde, un equipo de ‘Answers in Genesis’, tomó muestras de la dacita resultante, y las llevaron a un acreditado laboratorio de datación, en 3 porciones: fragmento, cristales y polvo. No se les dijo la procedencia, pero se comentó que se consideraba que correspondía a un período lejano en el tiempo. El método usado por quienes apoyan el concepto de un planeta eónico, fue justo el comentado: el potasio-argón. Y arrojó un resultado distinto para cada muestra.
Fragmentos, cristales y polvo, fueron datados en, desde miles de años, hasta algo más de un millón… según el Argón hallado. Sin embargo, la procedencia era la misma: una roca de dacita, formada 10 años antes, durante una erupción volcánica. Según la teoría de decaimiento radiactivo forzoso, el argón debería haber tendido a ‘0’, por el poco tiempo transcurrido desde que se integró el peñasco. Mas el encadenarse al concepto provocó el error. Innegablemente, el argón no formó parte de la muestra, el millón de años antes que arrojó la datación, sino durante la propia erupción, solo una década antes. Y ello anula la fiabilidad del método; se podrá validar para cuentos de ficción, pero jamás para la Ciencia.
Hay científicos que postulan el Diseño Inteligente de la Creación, y luchan para que el mundo lo reacepte. Retan al criterio humanista que tilda de oscurantista a todo aquel que proteja la Verdad. Y lo hacen sin afectarles el claustro al que son sometidos por quienes han logrado que la ignorancia profane la blanca bata del Saber. Propugnan la realidad, y cuando logren romper toda cadena que les separe de Cristo, harán mejor uso de las armas que el Señor ponga en sus manos, aboliendo el timo de quienes se alinean con el contrario de Dios. El Señor les observa y lee en sus corazones, muy atento.
Hoy, el mayor reto del mundo científico creyente, es librarse de conceptos reglados por el antiCristo. Inconsciente y/o indiferente, evita que la Verdad de la Creación de Dios fluya como el torrente que Jesús merece. Jamás, en la historia de la humanidad, existió tanta apatía en la Ciencia cristiana; gracias a su resistencia, satán solo había podido incursionar en la ignorancia. Nunca logró influir en Ciencias, pues hombres como Pasteur, Kepler, Newton, Pascal, y muchos otros, cumplieron su compromiso con Dios, testimoniaron sobre Él, y vetaron la entrada a su enemigo. Nunca antes la abulia se manifestó con tanta intensidad como en esta generación científica.
Y, ¡atención! No digo que la Ciencia deba ser filtrada por la Biblia; sino que todo criterio humano contrario a esta, si se analiza desde la razón, será neutralizado por la Ciencia. Así ocurrió con los ‘órganos vestigiales’ que jamás lo fueron, con el ADN llamado ‘basura evolutiva’ negado por la Ciencia [Ej: intrones, con funciones concretas, reconocidas hoy], y con el proyecto genoma, que nos hizo chimpancés en un 98%, cuando el propio trabajo arrojó diferencias del 92% en el cromosoma ‘Y’, y del 73% en el ‘X’; los que tienen que ver directamente con la reproducción y la supuesta ‘nueva especie‘
“Mirad que ninguno os engañe por filosofías y vanas sutilezas, según usanzas de hombres, conforme a los elementos del mundo, y no según el Cristo… [Colosenses 2:8]
Cada alumno que lleve a Jesucristo en su corazón, debe salir al paso a cada planteamiento antiCristo de sus ‘maestros‘ evolutivos. El que funde sus clases en la mentira, tiene que hacer frente al amargo momento de tener que enfrentar las contradicciones que propugna. Si ha decidido obtener un salario de forma indigna, no puede irse de rositas, sino que deberá pagar el precio de la descalificación. Siempre será mejor que responder ante Cristo por su irresponsable alianza con satán, aun de forma inconsciente; incluso quizás la vergüenza le haga reaccionar, ajuste su brújula con la Verdad, y aproveche el tiempo que le queda, en defenderla.
La garrafal deuda que la Ciencia cristiana tiene con Jesús, dura ya siglo y medio. Todo concepto que contraríe Su Palabra, es falso por axioma de Fe; quien lo acepta, hace falaz a Cristo… mas Él no miente. Un ejemplo es asentir que la luz de las estrellas indica un mundo de miles de millones de años. [Ver artículo 147 de este blog: ¿El Primer Astro? ¡La Tierra!] Todo cristiano está siendo catado respecto a esto; satanás sembró duda en las mentes, pero el Señor demanda Fe en la Creación que propugnó. La Ciencia debe hallar la Verdad; mas el velo de la Verdad solo será descorrido con declaración de Fe:
‘Contraría a Cristo; luego, es falso’. La ulterior investigación racional deberá obviar cadenas de enunciados concebidos para alejar de Dios. Así, el Señor admirará vuestra Fe y les hará ver la Verdad; la Verdad les hará libres, y trasmitirán el nuevo conocimiento al mundo. No se encadena la Biblia al saber humano, sino que se somete a los pies de Cristo toda idea que contraríe la Palabra de Dios; así, Él proveerá la llave de la Verdad. De rodillas ante el rey, palmas en alto, oración de Fe… y Cristo dará discernimiento.
«…Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, que hayas escondido esto de los sabios y de los entendidos, y lo hayas revelado a los niños. Sí, Padre, porque así agradó a tus ojos. Todas las cosas me son entregadas de mi Padre; y nadie conoció al Hijo, sino el Padre; ni al Padre conoció alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quisiere revelar. [Mat 11:25-27]
Gracias Señor por permitirnos ver Tu Verdad, oculta a quienes, pese a tener mayores conocimientos, opten por alinearse con tu enemigo… o duden sobre hacerle frente.
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