Si hay algo que se me hace difícil de entender, es cómo, pese al enorme conocimiento adquirido por el humano, cada día más se niega el razonar. Toda información es almacenada en memoria, sin discurrir lo recibido. Y no veo mejor ejemplo para confirmar este comentario, que el que la teoría de la evolución de las especies aun sature millones de aulas, bibliotecas y librerías en todo el mundo, pese a lo descabellado y anticientífico de sus planteamientos.
Darwin postuló que todas las especies de seres vivos evolucionaron a través del tiempo, a partir de un antepasado común, mediante un mecanismo llamado selección natural. ¿Es mucho pedir que se analice esto? Veamos: la biología, con siglos de desarrollo a sus espaldas, sabe perfectamente que, salvo los organismos unicelulares, las plantas de semilla, y algunas especies hermafroditas pluricelulares, el resto de la vida del planeta grita a todo pulmón su necesidad de macho y hembra coincidentes en el tiempo, para que pueda generarse un nuevo ser, trátese de la especie animal que se trate.
Se dice que un alga generó toda la vida del planeta, y buena parte del mundo lo acepta, pero, ¿hay alguna evidencia que sugiera esto? Si el mundo se remitiera a las evidencias que explosionan hoy ante todo ojo, se vería obligado a convenir que lo que se plantea, a la luz del conocimiento en biología actual, es totalmente imposible.
Existe más de un millón de especies, cuya multiplicación solo puede tener lugar bajo el proceso de inseminación natural. Es decir: un macho montando una hembra y depositando su semen… o en el caso de los peces, arrojando su semen sobre los huevos que antes han soltado las hembras de sus propias especies. Y ¡ojo aquí!: un pargo no insemina huevos de cherna, ni un chicharro los de merluza… de la misma manera que ningún animal macho garantiza la procreación de su grupo, si no monta una hembra de su misma familia animal.
Pero: ¡más atención ahora! Señalaré algo que se ha pasado por alto, desde que se concibió la teoría de la selección natural en 1838, dos décadas antes que saliera el libro de ficción ‘El origen de las especies’. Cavilemos: un híbrido, por definición, es el ser vivo producto del cruce de dos especies o subespecies distintas. De modo que, el ‘primer homínido’ de la fantasía de Darwin, no tuvo otra opción que la de ser un híbrido.
Si una línea de monos generó un ‘homínido’ que antes no existía, no pudo ser de otra manera que desde la hibridación a partir de dos especies distintas. Si antes de él no había ‘homínidos’, entonces, sus padres, macho y hembra por necesidad molecular, tendrían que haber sido de distintas especies, puesto que el empirismo científico basado en el ADN, dice que los hijos siempre serán de la misma especie que los padres. Para que se entienda bien: un chimpancé y una chimpancé, siempre darán chimpancés; la única vía para que surgiera una nueva especie, es que los padres primates fueran de especies diferentes… y entonces, el ‘homínido’ resultante, sería un híbrido. ¿Se coge?
Y más de lo mismo: hay casi 200 especies de primates [160 de monos]; pero, en ningún lugar del planeta, se ha visto jamás un híbrido de dos monos de distinta especie, que además resultara fértil… condición forzosa para crear el necesario mundo ‘hominido’ que nos emparentaría con Chita. O sea, aquí no hay instrucción, sino tergiversación de la verdad, y es que la teoría evolutiva no pretende instruir; su único plan es negar la Creación del ser humano por Dios: “A su imagen y semejanza”, según está escrito.
Pero ya no es solo con el humano; el problema persiste en el resto del millón de especies con cromosomas ‘X’ y ‘Y’. Cada una de las 10, 000 clases distintas de aves, si salió de un alga, u otro bicho, también fue un híbrido. El primer gorrión darwinista, la primera águila, el primer cóndor, la primera gallina, etc., tuvieron que ser híbridos. Y lo mismo ocurre con las 6,600 especies de lagartos y serpientes que existen hoy. Si se derivaron de un alga, la primera iguana darwinista, lagartija, camaleón, boa, pitón, etc., al no tener padres con su mismo ADN, no tuvieron más opción que la de haber nacido híbridos.
Cualquiera de ellos, cualquiera del más de un millón de especies sexuadas que existen hoy, más las que existieron y ya están extintas [ej. las muchas especies de dinosaurios], en el momento de nacer alimentaron una lista de híbridos. Como pueden entender, eso implica a todos los vertebrados e invertebrados; las primeras criaturas de ellos, ¡todas!, fueron forzosamente híbridos derivados del apareo de especies distintas.
No se le da ese enfoque, porque saben que conspira en contra, pero el hibridismo fue absolutamente necesario para que la teoría resultara válida; el mundo creado por la selección natural darwinista no sería otra cosa que… ¡Un mundo de híbridos!
¿Es una teoría científica? ¿Qué dice la Ciencia al respecto? Pues que el más del millón de especies con sexo diferenciado [macho/hembra], solo pudo proliferar si coincidieron en el tiempo; su multiplicación exige dos cromosomas. Y esto le complica aun más las cosas al evolucionismo; ya no se puede decir que un mamífero se metió en el agua y se convirtió en ballena, dando lugar a las 50 especies de ballenas que existen… pues entonces, esa primera sería además hermafrodita. Y sabemos perfectamente que eso no es cierto: hay ballenas macho y ballenas hembra; copulan, y son muy estrictas en lo del coito, no se unen a otro ser si no es de su misma familia biológica. ¡Otra mentira!
En fin, lo más convincente es contrastar la teoría evolutiva híbrida de Darwin, con la experiencia científica respecto a la capacidad de multiplicación de los híbridos. Daré una lista con algunos animales producto de cruza genética. En la mayoría de los casos, gracias a la intervención humana, y comenzaré por dos conocidos de todos: la mula, producto de la pasión burro/yegua, y el burdegano, de la de caballo/burra. Todo el mundo sabe que ambos son estériles; no multiplican su especie. También el cruce de una cebra con caballo o con burro, genera dos nuevas especies estériles: zebrallo y cebrasno. O sea, ninguno de estos confirman la teoría darwinista de la hibridación, sino que la niegan en la práctica.
Por otra parte, la cruza de león y tigresa, genera una nueva especie: el ligre, con aspecto de gran león rayado. Y el cruce de tigre y leona, causa un felino más pequeño y estilizado, con patas y cola largas, al que le llamaron ‘tigón’. También en este caso los híbridos son estériles, y si logran nacer, la especie muere con ellos; no crean ‘nuevas poblaciones’, no valen para la selección natural darwinista… sino que también la niegan.
Hay otro híbrido conocido como ‘Dzo’, el resultado de la cópula de un yak con una vaca. También el Grolar, mezcla de un Oso Polar y un Oso Grizzly; y el ‘cama’ nacido de camello y llama, por inseminación artificial, pues apareamientos entre llama macho y camello hembra no dieron resultado. Todos estos híbridos son estériles; de modo que, más que resultar válidos para confirmar la teoría híbrida de la evolución, se suman a la inmensa lista de detractores que la señalan como imposible.
Otro experimento significativo, fue el nacimiento en cautiverio de un ‘balfín’, producto de la unión de dos delfines diferentes: una hembra ‘nariz de botella’ y una falsa orca. Solo se conocen dos casos, y jamás en la naturaleza. Ambos ejemplares también son estériles; también se oponen a la teoría evolutiva.
Las causas de esterilidad en híbridos se deben a incompatibilidad en comportamiento reproductor, imposibilidad de formación del cigoto, y/o muerte embrionaria (lo usual). Además de las diferencias en el número de cromosomas y/o combinación de genes no viables; o sea: incompatibilidad cromosómica o génica. De modo que, según lo real y empírico, la teoría evolutiva va contra la Ciencia; intenta imponer un resultado que la barrera del ADN le impide, demostrado en la vida práctica, con múltiples ejemplos. Como contrapartida, la Biblia, el libro más vilipendiado, denigrado, desacreditado y atacado en todo el mundo, diciendo mucho menos, explica mucho más. Pese a no ser un libro de Ciencias, da una lección de biología desde un momento histórico ubicado más de 3 mil años antes del microscopio:
Gén 1:21 ‘Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo ser viviente que se mueve, de los cuales están llenas las aguas según su especie, y toda ave según su especie. Y vio Dios que era bueno… Gén 1:24 Entonces dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su especie: ganados, reptiles y bestias de la tierra según su especie. Y fue así… Gén 1:26 Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra…
¡Eso es coherencia con la verdad manifiesta hoy en biología! ¿Por qué Darwin se obcecó con su aberración biológica, intentando por todos medios negar la existencia de Dios? Su posición naturalista, y el hecho de que existen flores como la campana, con alto poder alucinógeno, podría validar la posibilidad de que concibió la teoría en ese estado. O quizás un psicólogo pudiera entenderlo, argumentando algún tipo de trauma cuando niño. En septiembre de 1818, él y su hermano Erasmus formaron parte del alumnado de la escuela anglicana de Shrewsbury. ¿Vivió ‘algo’ allí que le hizo sentir rechazo a Dios?
Pudiera ser; lo cierto es que ya en su segundo año en Edimburgo, ingresó en la Sociedad Pliniana, un grupo de debate de historia natural que siempre se proyectó hacia el materialismo radical. Oyó la voz de satanás desde el principio; muy pronto formó parte del entramado diseñado en el nido del antiCristo, y contribuyó a moldear el tridente del diablo:
— Año 1848: Marx y Engels publican el ‘Manifiesto Comunista.’
— Año 1850: Se fija la escala del tiempo geológico internacional.
— Año 1859: Darwin publica el origen de las especies.
Este tenedor histórico alteró por completo el rigor científico y el orden social en el mundo, con las siguientes consecuencias:
— En el 1917 se institucionaliza el ateísmo en Rusia, hasta entonces de creencia cristiana, y se comienza a perseguir la iglesia de Cristo.
— A partir de Darwin, geólogos y paleontólogos usan la escala geológica sobre la base de las posiciones relativas de los diferentes estratos y fósiles, especulando las dataciones.
—Por primera vez la Ciencia, hasta entonces netamente experimental, aceptando solo hechos probados por la evidencia, admite conceptos teóricos basados en supuestos. El mundo ateo vio la posibilidad real de quitarse a un Dios al que habría que darle respuestas; la puerta liberadora. Se aceptó la nueva corriente de la seudo ciencia atea.
Ya el apóstol Pablo lo había advertido, dos mil años antes, en Eph 6:12:
«Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del siglo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los cielos.»
Ya sé que muchos pensarán que estoy obcecado; pero yo vuelvo a repetir lo mismo de siempre: reflexionen, razonen. Las evidencias históricas, dando cumplimiento a las profecías, están ante los ojos de todos. El antiCristo se viene anunciando desde muy atrás en el tiempo… y ya ha llegado; vive entre nosotros y hasta se identifica, para que le reconozcamos sin dudar.
Pero la luz más pequeña destroza la oscuridad más absoluta; sigan la luz y olviden el oscurantismo del mundo híbrido e imposible de Darwin. Razonen sobre lo que dijo, y contrástenlo con lo que manifiesta la realidad; verán que no encaja. No se dejen llevar hacia donde vuestro espíritu interior no desea ir; sigan el corazón, y la Verdad que hallarán en él les hará libres.
El momento de Cristo está más cerca cada día; Èl vendrá a cumplir su promesa. Sí Señor, te esperamos. ¡Amén!
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