«Abogad siempre, disciplinados en el Proyecto del Hogar»
Ayer estuve viendo por la TV un debate sobre la ‘Misa por la familia’. Y la porfía, aunque se celebraría en el mundo entero, se centró en el acto litúrgico que tendría lugar en la madrileña Plaza de Colón. Una parte defendía el derecho a salir a manifestarse, alegando que nadie se cubre de ceniza cuando la desvergüenza ‘gay’ sale a la calle subida a carrozas, haciendo todo tipo de manifestaciones obscenas, mientras una familia que desea darle una educación moral diferente a sus hijos, ve inflingidos sus propios derechos, y se siente condenada a no salir a la calle a pasearles, porque las leyes del estado les desamparan. La contraparte, ‘los progre‘, alegaban que estaban contra la manifestación, porque la consideraban no religiosa, sino política.
Pero yo me pregunto: ¿es que hay algo no político en esta sociedad? Las luchas de ideas, todas, de una u otra forma se convierten en pugnas políticas; y en este caso específico, más aun. Se autorizó toda fiesta homosexual impúdica, sin tener en cuenta para nada la posible influencia sobre la niñez… porque se consideró ‘políticamente correcto’. Sin miedo a pecar de difamación, yo digo que en la aprobación de esas ‘autorizaciones’, así como en la que concede la adopción de niños a parejas del mismo sexo, predominó el derecho a la lascivia, sobre el derecho a la inocencia que corresponde a la infancia.
Y esa ‘injusticia’, está mellando incluso los propios órganos del estado creados en utopía para asegurar la ‘justicia’ en todas las decisiones judiciales. Analicemos: el juez Calamita fue procesado en Madrid, penado a dos años de inhabilitación por sus propios colegas, acusado de no tramitar la solicitud de adopción de un niño, por parte de una lesbiana que convivía con la madre biológica. Poco antes, esta misma institución, sentenció ‘justicia’ sobre el caso sevillano, la negligencia del juez Tirado, que dejó en la calle a un pederasta que luego violó y asesinó a la niña Mariluz, ‘condenándolo’ solo a 1500 € de multa.
El bastón de mando justiciero, está en manos del corporativismo. Es inadmisible que una negligencia que acabó en muerte solo sea multada con 1500€, mientras que otro juez, por fidelidad a su convicción cristiana, sea alejado dos años de los órganos del Poder Judicial. No importa cuánto griten desde la otra orilla: fue un juicio político… Y ambos afectaron a familias.
La familia está siendo víctima de la inquisición gay. Cualquiera que dice algo en su contra pierde su empleo, es juzgado y condenado al ostracismo y presentado como enemigo público. La degeneración homosexual y totalitarismo gay, no contento con abrirse un hueco en las aulas en la asignatura mal llamada ‘Educación para Ciudadanía’, ha impuesto además, trono en la Magistratura.
Y ocurre esto, porque se ha convertido al laicismo en la punta de lanza del Gobierno. El apoyo legislativo a la institución matrimonial se ha reducido a la mínima expresión; por ir a más, se ha ido a menos; se degrada el concepto de familia a escalones que conducen al mismo nido de satán. Y tal diseño se hace extensible al ámbito educativo: por ‘simpatizar’ con la cada vez mayor fuerza votante que representan los homosexuales de ambos sexos, se hace un pacto con el diablo, y se condena a la familia al ostracismo, en lugar de auxiliarla, por su papel esencial en la transmisión de valores y ética.
La ofensiva laicista se oculta bajo una interpretación falaz de los derechos humanos, reconociendo los que resultan convenientes, y obviando los que no lo son. La familia, como célula básica de la sociedad, exige al poder político una actitud activa para su protección social y económica, que está muy lejos de las expectativas iniciales. En su lugar vemos un radicalismo ideológico eliminando el Crucifijo en las aulas, mientras apoya una ‘Ley de la Memoria Histórica’ cuyo único objetivo es meter debate en la sociedad, dividiéndola, según interesa al enemigo de Dios.
La evocación eucarística con motivo del Día de la Sagrada Familia, incluye una conexión con Roma para escuchar el mensaje del Papa y la misa presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, a la que asistirán cerca de cuarenta obispos de diferentes diócesis españolas. Se defenderá el único concepto de ‘familia’ posible: el de aquellos biológicamente preparados para concebir y procrear. Una valiente oposición a conceptos políticos que nada tienen que ver con la Verdad, sino que la enfrentan de forma irracional.
La Familia debería ser defendida como el núcleo moral de la sociedad; según todas las encuestas, es la institución más valorada en España. Jesús nos habla continuamente de la importancia que Él le da y le dará al amor en su hora de justicia, y la familia es la mejor vía para trasmitir esos valores: un hogar fundado y alimentado en los conceptos cristianos, es la mayor manifestación de desinterés y entrega, y la mayor trinchera contra el egoísmo y materialismo que la parte atea de la sociedad pretende promover.
No hay oportunidad mayor que la de estos tiempos, para apelar a la familia como el epicentro de la maquinaria que podrá solventar estos meses de graves dificultades. Una familia imbuida en la fe cristiana, ayuda a soportar las tensiones de la crisis y del paro; así como la discrepancia y las malas experiencias sufridas en entornos personales. La familia cristiana da abrigo; el incremento de hogares cimentados en Cristo constituye la mejor esperanza de la humanidad, y será bendecido por la propia gracia del único Dios Creador.
Quiero dedicar esta página de hoy a toda iglesia que se confiese cristiana: la gran familia de Cristo, para que en ella reine la unidad, el amor y la alegría, dando contención a todas las familias. Pero también a todas las familias del planeta. Quiero que todos oremos por los maridos y las mujeres, para que vivan su amor conyugal, asumiendo con compromiso la entrega de la vida, y convirtiendo cada hogar en una proyección de la Familia de Nazaret.
Quiero orar desde aquí por los padres de familia desempleados, para que hallen en Cristo la esperanza y la fortaleza para seguir luchando con dignidad por el sustento de sus familias. Y también por los hijos, para que la familia, desde el amor responsable, les guíe y ayude a desarrollar un carácter maduro que condicione desde la fe en Jesús, su proyecto de vida personal. Quiero orar por los novios, para que piensen en el matrimonio con amor y responsabilidad desvelando en el amor el proyecto de Dios para sus vidas.
Y por último, deseo orar por los gobernantes, para que atinen más con la justicia, considerando que el concepto de familia se extrapola de la opinión política y tiene frontera en la Biología. En el contexto humano, solo puede ser considerada como familia, la unión de seres capaces de incrementar la sociedad mediante la procreación y la multiplicación genética de la especie, según el proceso de semen-óvulo, dispuesto en la naturaleza.
Que el Señor les ayude a llevar a las familias a vivir con decoro su misión social, recibiendo todo el apoyo necesario para educar a sus hijos de la forma que decidan, porque es un derecho elemental, adjudicado en el mismo momento en que se firma el acta de matrimonio, y santificado por el mismo Dios, el único dador de vida.
Jesús, prácticamente desde su primera aparición como hombre, habla del amor entre los seres humanos, destacando la importancia que tiene, incluso, para nuestro propio perdón: ‘El amor te hará inocente‘, dice el Señor. Y como siempre, este consejo de Cristo no fue para cubrir un espacio de tiempo, haciendo comentarios sin sentido, sino que nos instruye sobre la mejor manera de vivir, para que nos vayan bien las cosas.
El incumplimiento de sus instrucciones se manifiesta en los miles de focos de violencia que vemos entre distintos países, y aun, dentro de un mismo país. No basta pues con el amor individual dentro de una familia, sino que debemos alimentar el amor entre todos los seres humanos, como miembros que somos de la gran familia creada por Dios.
Hermanos: abrámosnos al reconocimiento de que solo el amor nos hará inocentes ante el Juez con toga de talla única. Piensen por qué el amor nos hace sentir mejor que el odio; ¿por qué no amarnos tal como somos, si todos somos de una misma familia?
Padre Creador, haz que cada familia humana en el mundo, se llene de la fe en tu Hijo Jesús, nacido de la Virgen, y mediante el Espíritu Santo, para que en estos tiempos difíciles, tu palabra de promesa alimente a todos los hombres, y todos los hombres se vuelvan a ti, que eres la fuente de toda solución. Permite que los pensamientos y obras de cada padre y madre implicados en la sociedad, sean guiados por tu propia bendición, para el bien de su núcleo, y así, de todas las familias del mundo. Actúa Señor, para que los hijos logren hallar en su familia, su propio crecimiento en la verdad y el amor.
Haz que el amor fortalecido en las instrucciones de Cristo, de donde se deriva tu Proyecto del Hogar’, sirva de solución ante debilidades y crisis por las que a veces atraviesan familias de todo el mundo. Permite Dios mío, en el sagrado nombre de Jesús, la unión de toda tu iglesia, entre todas las naciones de la Tierra, para que seamos más capaces de responder a todas las expectativas que Tú has depositado sobre todos los que aseguramos reconocerte y amarte.
Te lo pido Señor, en el sagrado nombre de tu Hijo Jesús, abrazado a su promesa, pues Él nos dijo que todo lo que te pidiéramos, fundamentados en Él, nos sería concedido por tu gracia. ¡Amén!
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