Febrero 7/2008
LA SOPA QUE NO NUTRIÓ
En el 2003, Stanley Miller, el protagonista de la famosa ‘sopa biótica’ de los años 50, visitó Valencia, invitado por la Universidad, para que diera una conferencia en el Jardín Botánico de esa ciudad, sobre el experimento que renovó laureles entre la tropa evolutiva, luego que el General Pasteur les destrozara años antes en la batalla de la ‘abiogénesis’, donde la generación espontánea tuvo un fulminante enterramiento.
Los resultados de Pasteur habían redimido entonces la ‘biogénesis’ de Redi, sitiada poco antes por la ofensiva de los de Darwin. El padre de la pasteurización demostró que el ‘origen de un ser vivo, en la Naturaleza, solo puede tener lugar a partir de otro tan vivo como él.‘
En el año 1953, Miller amplió esperanzas de lograr la comprensión del origen de la vida, cuando Science publicó su trabajo sobre ‘Síntesis de aminoácidos bajo condiciones emuladoras de la atmósfera primitiva de la Tierra‘. Había aplicado una descarga eléctrica sobre una mezcla de metano (CH4), amoniaco (NH3), agua (H2O), e hidrógeno (H2) – que en aquella época era considerada la composición atmosférica primigenia.
Por sorpresa, el resultado no fue una mezcla de moléculas orgánicas, sino un número relativamente exiguo de sustancias bioquímicamente significativas: aminoácidos, hidroxiácidos y urea. Con la publicación de estos resultados comenzó para los investigadores evolucionistas, la era moderna en el estudio del origen de la vida.
El objetivo fue obtener moléculas orgánicas relevantes para la vida, simulando en un laboratorio las condiciones que se ‘suponían‘ fueron las de La Tierra primitiva: fingir el inicio del mundo en tubos de ensayo, para concebir el origen de la vida desde la ciencia.
Aun hoy tiene seguidores; incluso se han hecho doctorados fundamentados en esta investigación. Pasma pensar que fue un proyecto de hidrólisis convencional que ya venía efectuándose desde más de un siglo antes. Kirchoff (1824-1887) la empleó en sus estudios sobre la hidrólisis del almidón en presencia de ácidos. En 1860, Gaston Planté construyó el primer acumulador de plomo-ácido, partiendo también de la hidrólisis…
Stanley Miller no fue el primero en obtener aminoácidos a partir de experimentos en los que se utilizan, como fuente de energía, descargas eléctricas. En 1913 Löb y colaboradores obtuvieron el aminoácido Glicina realizando este tipo de ensayos. Y tampoco lo fue, en obtener «sustancias orgánicas» a partir de «sustancias inorgánicas»; hay un experimento mucho anterior en que ello se logró con éxito absoluto:
«Y Dios formó al hombre de polvo de la tierra y exhaló en sus fosas nasales el alma de vida; y el hombre se transformó en un ser vivo». Gn 2:7
Milenios antes de que nacieran, la Biblia estuvo al alcance de todo ser que buscara esa verdad, incluyendo a Miller; ya instruía en la posibilidad del origen de la vida, partiendo de materia inorgánica tan elemental como el polvo de la tierra.
A diferencia de Miller, otro joven con la misma energía, pero con una proyección totalmente opuesta, anduvo siempre buscando metas nuevas, constantemente intentando averiguar en qué sitio él podía ser útil a la humanidad. ¡Y de qué forma lo logró!
Hablo de Louis Pasteur (1822-1895), químico francés, con hallazgos importantes en ciencias naturales, Química Orgánica y microbiología. El hombre que echó por tierra la anterior ideología de Jean Baptiste Lamarck, en 1809, (quien situó la ‘generación espontánea’ como punto de partida de la evolución biológica, con su libro ‘Filosofía Zoológica’)…y que se encendió de ira cuando Charles Darwin publicó ‘El Origen de las especies’ en 1859.
Pasteur era un buen cristiano, y pese a convivir entre los sabios escépticos del ‘ala izquierda’ del Sena, obviaba las sátiras de sus colegas, amigos de la Teoría de la Evolución. Este concepto, nacido para negar la existencia de un Dios creador; se basaba en el arrogante criterio de que todo había surgido ‘por sí mismo’:
«como partiendo de una sustancia informe, un limo vaporoso en estado de agitación desde hace millones de años, que va resolviéndose en una ordenada procesión ascendente de seres vivos hasta llegar al mono y, por último, como si fuera el paso triunfal, al hombre.»
Su total rechazo a la idea evolutiva y la selección natural, le revistieron con la armadura de Dios y logró demostrar lo absurdo de la generación espontánea o abiogénesis: concepto arcaico que sostenía que podía surgir vida animal y vegetal de forma espontánea, a partir de materia inerte, en la Naturaleza. Planteaban que salían gusanos del fango, moscas de la carne podrida, bichos de los lugares húmedos, etc. Exponían que la vida se estaba originando continuamente en la Tierra a partir de esos restos de materia orgánica.
En la segunda mitad del siglo XIX, Luis Pasteur realizó una serie de experimentos que probaron categóricamente que los microbios surgían a partir de otros microorganismos. Estudió de forma independiente un trabajo anterior del médico italiano Redi en el 1668 y usó dos matraces de cuello de cisne. Estos matraces, con cuellos muy alargados, más finos mientras subían, acababan en una apertura pequeña, y formaban una S, para que el aire lograra entrar, pero no los microorganismos, que quedarían en la parte más baja de la vasija.
En cada uno de ellos metió cantidades iguales de caldo de carne y los hizo hervir para eliminar los posibles microbios presentes. Pasado un tiempo observó que ninguno de los caldos presentaba bacterias y cortó el tubo de uno solo de los matraces. El caldo del matraz abierto tardó poco en podrirse, y presentar vida microbiana, mientras que el cerrado permaneció en su estado inicial. Pasteur demostró así que los microorganismos tampoco provenían de la generación espontánea, sino que estaban el aire, o lo usaban para reubicarse.
Gracias a Pasteur, y a que Dios puso en su camino al químico francés Balard (Él siempre ayuda al que se esfuerza en el bien) quien le auxilió con el diseño del matraz, la generación espontánea fue desterrada del pensamiento científico y se aceptó de forma general la biogénesis, el principio que dice que todo ser vivo procede de otro ser vivo.
«Jamás podrá rehacerse la doctrina de la generación espontánea del golpe mortal que le he asestado con este sencillo experimento»– declaró Pasteur al ser reconocido su trabajo en este campo.
No hay vida más esforzada y fecunda que la suya. Solía decir que el único secreto de su ciencia estribaba en su divisa: «Trabajar, siempre trabajar». Murió en septiembre de 1895, pero su obra vive en las vidas de millones de personas curadas gracias a sus descubrimientos (Pasteurización, vacuna contra la rabia; medalla Rumford de la Royal Society, Director de estudios científicos de la escuela normal de París, en 1867, teoría germinal de las enfermedades infecciosas…); sus aportes no solo fueron en el campo de la salud, sino que se extendieron hasta la industria y, por supuesto, la educación, pues instruyó a cientos de alumnos, y estimuló a emularle a miles en todo el mundo.
Su trabajo con la enfermedad de los gusanos de seda, atrajo su atención hacia el resto de enfermedades contagiosas. La idea de que las enfermedades pueden ser trasmitidas entre criaturas vivientes era un anatema. Se trataba de otro de esos puntos débiles que ahora se consideran inexplicables. No obstante, no había nada «obvio» en la idea de una enfermedad contagiosa. Suyo es también el mérito por la «pasteurización», el proceso que actualmente garantiza la seguridad de numerosos productos alimenticios del mundo.
Su contribución en el área de la salud se vio reforzada cuando en 1871 indicó a los médicos militares que hirvieran el instrumental y los vendajes. Describió un horno, llamado «horno Pasteur», en el que se esterilizaría todo instrumental quirúrgico y de laboratorio.
Este sabio dedicó su vida a los demás; no se metió en historias absurdas y ególatras. Al final de su carrera, logró mitigar la virulencia de bacterias patógenas, usándolas en la fabricación de vacunas. Él mismo obtuvo vacunas eficaces contra el cólera de los pollos, el ántrax y la erisipela del cerdo.
En 1881 demostró la eficacia de su vacuna contra el ántrax, inoculando la mitad de un rebaño de ovejas mientras inyectaba la enfermedad a la otra mitad. Las inoculadas con la vacuna sobrevivieron, el resto, murió.
En cierta ocasión, durante una reunión de químicos, puso en tela de juicio la habilidad científica de los naturalistas; a viva voz se alarmaba de que no hubieran tomado el más positivo camino de hacer ciencia: la vía experimental a favor de la humanidad. Predicó con el ejemplo:
«Ya que la doctrina de la generación espontánea es un error, está en la mano del hombre lograr que desaparezcan de la faz de la tierra las enfermedades parasitarias»—declaró poco antes de adentrarse en lo más tarde se llamó ‘pasteurización.’
Cuando Miller vino a Valencia, contaba con 73 años; al graduarse, tenía algo más de 20… Cincuenta y tres años consagrados a una investigación encargada de ofrecer una alternativa al origen de la vida, alejada de la Palabra de Dios, que no ha hecho más que confirmarla. Tiene no sé cuántos libros escritos, pero su conocimiento no valió ni para salvar una vida. Al compararlo con Pasteur, siento una profunda lástima por la forma en que malgastó su inteligencia… y por todos aquellos que le imitan en la actualidad.
«Un poco de ciencia te aleja de Dios, pero mucha ciencia, te devuelve a Él.» Louis Pasteur.
Murió el 28 de septiembre de 1895 lleno de honores, no de hombres, sino del espíritu de los miles de personas cuyas vidas salvó durante sus años de CIENCIA, así, con mayúsculas.
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ke pena se me mezclaron algunas letras por mi teclado, pero obviamente usted entendio y su forma de responder lo demuestra manuel mas dice el sabio callado ke un necio hablando reflexion y meditacion adios senor.
son tres foros manuel y ke pena mi tonto a pasionamiento donde lo pude llegar a ofende….. hastaluego
jaja no manuelabeledo que respuesta tan rebuscada criticando mi forma de escribir para intentar argumentar jeje que triste su respuesta aunque me parece admirable que haya podido decir algo, haber:
aunque ya se la embarre en algo claramente al nombrarlo en mi foro entre en la sicologia barata de que al enfrentarlo y decir que no puede responder, el responde je…
«el concepto de acumulacion paulatina de variaciones» >? variaciones de donde senor como de la NADA salio el primer elemento o variacion de la nada, como se creo lo primero que comenzo a crear todo en el UNIVERSO, se creo asi mismo la primera variacion o cosa o elemento>?
y la respuesta a sus ironias
hola oigan ustedes no saben sin se mueran mañana por eso les invito a aprender la palabra de Dios para que puedan llegar a su reino….
CLEMENCIA era una señora que no tenia plata…
Un dia llego una carta a su casa que decia:
esta noche ire a tu casa a cenar …
att,
jesus
CLEMENCIA fue a la tienda con los pocos pesos que tenia a comprar el pan y el cafe….
a la amitad del camino se encontro a 1 pareja que se estaban muriendo del habre y le dijeron a CLEMENCIA que si le podria regalar algo…
CLEMENCIA dijo en su mente q jesus iva a ir a su casa pero despues le dio lastima y le dio el pan y el cafe que llevava a la pareja y tambien el saco….cuando llego a la casa vio que hbia otra carta en el buzon…le parecio raro porque el cartero nunca pasa 2 veces….
Bueno sin envargo la habrio; y decia:
Grcias por el pan, el cafe y el abrigo…..
Att,
JESUS.
amigos los invito a que se amen y crean en la pala bra de Dios porque esata es muy importanta…
att:
JESUS
Nombra a esos biólogos serios. Muestra que son mayoría. Dices «muchos», no dices cuántos, ni la proporción con los demás biólogos que sí están a favor de la Teoría de la Evolución.
Dime ahora por qué la Evolución es una Teoría Científica y no una hipótesis.
Afirmas que no se ha logrado probar. Eso es mentira. Y la mentira es pecado, ya sabes. Que no quieras aceptar las pruebas aportadas o que prefieras creer a una minoría que se apoya en mitos en lugar de en la Ciencia, es irresponsable.
Hoy en día ningún científico, creyente o no, se permite el lujo de proponer una explicación divina para sus estudios. Un matemático no tiene el atrevimiento de demostrar un teorema con un paso que sea «aquí interviene dios». Un farmacéutico ni se plantearía afirmar que un antibiótico funciona «por la gracia de dios», supongo que porque ninguna autoridad sanitaria le daría permiso para comercializar semejante compuesto.
Y los farmacéuticos deben creer en la Selección Natural, ¡qué remedio! Las bacterias se reproducen tan deprisa que en unas pocas semanas pueden observar profundos cambios generacionales. Cambios que, en ocasiones, permiten a los microbios sobrevivir a los antibióticos. Pero eso, supongo, tampoco es una prueba válida. A lo sumo una excepción divertida, ¿verdad?
Por cierto, ¿qué sabía Pasteur del ADN?
Respecto a que la biblia es un libro de historia, lo dudo. Lo es en la medida que los jeroglíficos egipcios lo son, con faraones de tres metros matando a miles y miles de persas desde sus carros de fuego. Una recopilación tardía de mitos es poco fiable, históricamente hablando.
¿Es un trazo grueso de lo que realmente ocurrió? Sí, como también lo es la leyenda del Rey Arturo. Pero a día de hoy tampoco creemos en la todopoderosa Excalibur ni en el mago Merlín.
Cuando no se hallan palabras con fortaleza de réplica, se acude a todo: todo es válido cuando alguien nos señala que nuestros patrones no son tan correctos como habíamos pensado. De modo que entiendo tu posición.
Te ratifico que respeto a todo aquel que se involucra durante muchos años en una carrera universitaria, porque ello implica sacrificios; mientras otros están de juerga, el estudiante responsable se nutre de cultura, porque tiene su mirada puesta en un objetivo que, aunque distante, constituye un sueño personal. Sería inmoral de mi parte atentar contra todo lo que conlleva esos años de dedicación y esfuerzo personal.
Pero no puedo permanecer indiferente ante quien se escude en la Ciencia para intentar hacer valer conjeturas que NO SE HAN LOGRADO PROBAR. Dígalo quien lo diga, en el idioma que se pretenda, y con el tono de voz que sea.
Hay muchos estudios de biólogos más serios que se oponen a los criterios evolucionistas, incluso sin ser cristianos: No quiero ofender a nadie; aplaudo a la juventud que pasa de la corriente actual de la sociedad en cuanto a comportamiento, y decide apostar por una vida seria y cualificada en cualquier área del conocimiento humano; mi intención es que personas cultas como tú, comprendan que la evolución no es, ni con mucho, lo más de lo más en cuanto a respuestas ante la interrogante del ¿De dónde vinimos?
Tiene lagunas; más bien, mares. Hay muchos biólogos serios implicados, que están manifiestamente opuestos a esa manera de hacer Ciencia; y el tiempo, ese inexorable, me dará la razón… quizás tú mismo participes en una nueva visión futura. Abogo por ello.
Con respecto a la Biblia, te diré que es un libro de Historia; cuenta las cosas como son y describe al hombre como adicto al pecado. Tú sabes que eso es verdad; las guerras actuales, la esclavitud actual (que aún existe en muchos lugares), toda la perversidad humana, no es más que una réplica de lo que hacían los primeros hombres.
Precisamente Jesús vino para echar por tierra todo ese concepto. Pese a que demostró tener poder a través de sus muertos resucitados y curaciones imposibles, cuando fue atado a un madero no respondió con violencia. Sé que está fuera de tu comprensión, pero así fue, y formó parte de un plan que aun está en proceso: habrá quien se suba a ese tren y habrá quien no. El libre albedrío del hombre determinará la decisión personal de cada quien; pero lo que ha de ser será, y cada cual asume su papel en este acto que ya dura unos cuantos miles de años y que no se sabe cuando acabará, aunque por la pinta, yo creo que estamos ya muy cerca.
Por ejemplo, un servidor de Internet existe, porque antes, mucho antes, algunos hombres de ciencia como Newton, Kirchoff , Popov, y otros sentaron las bases del conocimiento, aprovechando la inteligencia que Dios le dio al hombre para que dominara sobre todo lo que existe en la Tierra. Está escrito en la Palabra de Dios.
Sé bueno.
¿Es el periodismo una Ciencia?
Repito, no puedes calificar una Ciencia según un punto de vista sesgado por la religión. Es absurdo. Si alguien me dijese que los teléfonos móviles son demoníacos, diría lo mismo.
Tú niegas la validez de parte de la Biología sólo porque choca con tus creencias. Es así, no hay que darle más vueltas. Y por extensión la tomas con toda disciplina o prueba que la apoye. Serías capaz de decir que se puede calcular con precisión la tasa de desintegración de un isótopo siempre que no contradiga tu fe en una Tierra creada hace 6000 años.
¿En serio que no ves la contradicción?
Yo sí. Y también la veo en la biblia, cuando en unos libros se aplaude el asesinato y el genocidio y en otros no; cuando en ciertos pasajes se tolera la esclavitud y en los subsiguientes se ignora este hecho.
Explícale eso a alguien que no tenga fe en la existencia de una divinidad, que no crea en la magia, que necesite pruebas sólidas de que ahí no hay contradicciones. Porque a un servidor no le llega con un «dios te bendiga» o un «yo tengo la razón porque dios está de mi lado». Absurdo.
Yo no las califico; se califican a sí mismas. Tal como lo vemos en el ejemplo del periodismo.
Un periodista puede dedicar su tiempo a denunciar lo mal hecho, a arriesgar su vida en un campo de batalla para que el mundo sea partícipe directo de las ignominias que se cometen. O elevar su voz ante una ley que puede resultar corrosiva para la sociedad, apuntarse a la lucha contra el hambre en el mundo, contra la xenofobia, el racismo, la explotación infantil, la pedofilia, etc.
O también puede dedicarse a la prensa del corazón, metiéndose en chismes, diretes y cochambres; en absurdos que no resolverán una situación, sino que entretienen a mentes que se dejen llevar en la dirección que se pretende.
Ambos son periodistas: ¿pero eso los hace iguales de importantes?
Un saludo y mis deseos que uses y dirijas tus conocimientos en una causa que ayude a la humanidad; es absolutamente necesario… y un bien para ti, aunque en estos momentos no logres entenderlo.
Con respecto a las tranfusiones y las sectas que se lo oponen. En la Biblia no existe ni un solo versículo que oriente hacia tentar contra la vida del ser humano; de ahí la defensa del NO al aborto. Las enseñanzas cristianas originales han sido falseadas por los hombres; el concepto de cristianismo recibido de Cristo implica entrega desinteresada a nuestros hermanos y una posición radical frente al egoismo que impera en la sociedad. Ningún pastor de iglesia ni hombre alguno puede distorsionar la verdad, pues el mismo Señor nos lo enseña:
«El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.»
No puedes calificar las diferentes disciplinas de la Ciencia según le convenga a tu religión. Es absurdo, incluso creyendo que existe un dios.
Centrémonos en la filosofía, pues veo que es imposible discutir contigo sobre Ciencia.
Pongamos un ejemplo. Si mañana el líder de tu congregación estableciese que las transfusiones de sangre contradicen las enseñanzas bíblicas, tú deberías aceptarlo, a pesar de que éstas hayan salvado muchísimas vidas a lo largo de la Historia.
¡De ninguna manera, la Biología pensada para hacer el bien a la humanidad es bendecida por Dios!
Pero la Biología que renuncia a ese precioso tiempo de luchar contra enfermedades, virus, y plagas que matan a millones de personas en todo el mundo, para emplearlo en búsquedas sin sentido, en aras de una respuesta alternativa a la presentada por el Creador a través de su palabra, esa es pseudociencia.
Miller pudo obtener elementos orgánicos a partir de sustancias inorgánicas, pero, ¡ATENCIÓN: sin ADN; y eso es más importante de lo que se piensa. ¿Cómo surgió el ADN? ¿Quién lo inscribió? ¿Por qué no piensan en esa limitante?
Sin embargo, Dios enseñó miles de años antes en Génesis, cómo había sido el proceso; y así, el ADN resulta más racional, pues como Programa que es, siempre demanda al programador que lo hizo posible.
El paralelo que haré, no es porque sus experimentos tuvieran algo en común. Miller representa el sin sentido de la casualidad; Pasteur el de la Creación Inteligente. Miller no hizo nada por la humanidad, sólo poner dudas sobre la verdad de Dios, mientras Pasteur salvó millones de personas con sus descubrimientos, empleando la Ciencia, el verdadero sentido de la Ciencia, la Ciencia al servicio de la Creación.
¡Esos son los verdaderos científicos; los otros, que luchan desesperadamente por mitificar las Escrituras en un intento por sacar a Dios de la fórmula de la vida, para mí, (una opinión personal) son solo ‘tirapiedras’ filosóficos, no científicos.
Poco o nada tienen que ver los experimentos de Pasteur con los de Miller. El primero demostró que la aparición de microbios no se debía a la generación espontánea, idea que no se relaciona de ningún modo con la síntesis abiogénica de sustancias orgánicas, que era el objeto del estudio de Miller.
Miller demostró que se podían obtener elementos orgánicos sencillos a partir de sustancias inorgánicas, no que la vida podía surgir en un par de semanas en un matraz. Pasteur sentó las bases de la esterilización.
De todos modos, no sé por qué escribo estas líneas si mi interlocutor cree que la Biología es una pseudociencia.